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La increíble vida de Jason Statham, fue vendedor ambulante y hasta se alistó en el Ejercito

El presente de uno de los grandes protagonistas de películas de acción es inigualable. Y su pasado, una caja de sorpresas

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Existen figuras de Hollywood que están unidas por un pasado poco común. Protagonistas de historias cotidianas, muy diferentes a la vida que llevarían una vez que la fama y los millones de dólares golpearan a sus puertas. En esta oportunidad nos vamos a centrar en Jason Statham, uno de los actores más destacados y representativos de las películas de acción.

A diferencia de la mayoría de sus colegas, Jaso no se formó en una escuela de actuación, de arte dramático, ni nada por el estilo. Su vida transitaba otros recorridos, muy lejos de interpretación. Sin embargo, el destino estaba marcado. Cuando le hicieron llegar la oportunidad, no la desaprovechó.

Statham nació el 26 de julio de 1967 en Shirebrook, una localidad de Derbyshire, Inglaterra. Hijo de una bailarina –Eileen Yates-, y un actor y cantante que no logró trascender –Barry Statham-, el vínculo familiar con el arte no lo volcó a enfocarse en ese recorrido. Prefirió dedicarse de lleno al deporte: en su etapa escolar se destacaba en varias disciplinas.

jason statham

Dice su historial que era un gran futbolista, líder del equipo de la escuela a la cual acudía. Pero cuando fue creciendo se fue alejando de la pelota para dedicarse a los saltos ornamentales. Aquí también dejó su huella. Existen recortes de diario y hasta videos de aquellos tiempos que lo acreditan.

Su cuenta pendiente fue poder ser parte de un juego olímpico. Se quedó en la puerta de Seúl 88 y Barcelona 92. Luego de esa frustración, no lo intentó más. Pero valora los recuerdos de su época de deportista: “Fue una gran experiencia, viajar por el mundo y competir a cierto nivel. Te enseña disciplina, concentración y, ciertamente, te mantiene fuera de los problemas”, comentó en una entrevista con la periodista Katie Couric.

“Llegué a tres eventos de clasificación olímpica pero nunca me pude clasificar. Aunque pude competir en muchísimos torneos internacionales”, agregó, haciendo referencia a la disciplina que conoció a los 10 años, cuando se fue de vacaciones a Miami con sus padres. En el hotel en el que estaban había un hombre que hacía saltos todos los días. Le gustó tanto que cuando volvieron a Inglaterra le pidió a su papá que lo anotara.

“Fue un poco doloroso que no haya podido competir en los Juegos Olímpicos. Empecé demasiado tarde. Probablemente no era lo mío tampoco. Debería haber probado con un deporte diferente”, sostuvo, haciendo referencia a su época de futbolista. Nunca quiso ir a probarse a un club más allá de las recomendaciones.

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En cuanto a los saltos ornamentales, logró marcas majestuosas como clavadista, llegando a ocupar el puesto número 11 a nivel mundial. Durante 12 años fue parte del equipo nacional de Inglaterra. “Me fue bien, pero el salto era un pasatiempo para mí, porque siendo un deporte amateur no se podía ganar dinero”.

Aun cuando buscaba su lugar en la gran cita olímpica, había algo adentro de Jason, una sensación que no lo llenaba del todo. Más allá de su demostrada capacidad deportiva, necesitaba ir por otro lado. Con la intención de no seguir los pasos artísticos de su padre, se alistó en el Ejército británico. Perteneció al regimiento de paracaidistas, pero a los pocos años también abandonó esa faceta. ¿El motivo? El coqueteo con el mundo de la moda.

Intentando rehacer su vida y buscando un camino, no lo pensó dos veces cuando lo convocaron para ser modelo de macas como Tommy Hilfiger y Levis, entre otras reconocidas mundialmente. Entre las pasarelas y las campañas fotográficas empezó a dar sus primeros pasos en el mundo mediático. Ese lugar que detestaba pasó a ser su sitio preferido, aunque el dinero escaseaba. Decidió entonces buscarse otro empleo. Lo que vino fue incursionar como vendedor callejero, oficio que había realizado en su adolescencia. Se ganaba la vida de esa manera. En alguna oportunidad comentó que le alcanzaba para vivir, que no le sobraba, pero que era feliz con lo que hacía.

Una tarde, mientras llevaba adelante su labor, lo vio un cazatalentos que enseguida notó sus habilidades como vendedor. Jason también era el dueño de un cuerpo trabajado en el gimnasio, un gran porte y un aspecto (esa mirada concentrada y su esto adusto) que, según la persona que lo contactó, daba con las características del típico actor rudo que andaba buscando.

jason statham

Así, luego de un riguroso casting, consiguió su primer papel en cine a los 31 años, en la película Lock & Stock, en 1998: se puso en la piel de Bocon, un personaje hábil para las finanzas, las trampas y los juegos. Guy Ritchie, director del filme, quedó tan conforme con lo que hizo que no dudó en convocarlo para su siguiente película.

Desde entonces se embarcó en grandes proyectos. Ritchie, su mentor, volvió a contratarlo para Snatch y su participación rompió todos los moldes. Ese fue su despegue definitivo. Se olvidó del modelaje y de las ventas callejeras. . Para ese entonces consiguió un nombre y un vuelo propio en la industria del cine.

En el 2002 protagonizó Turn It Up y allí empezó a desempeñarse en otros papeles. Ese mismo año hizo El Transportador y La estafa maestra, y un año más tarde se lo pudo ver en Caos, Asesino solitarioLos IndestructiblesLínea de fuegoEl mecánico Rápidos y furiosos, entre otros tantos títulos que lo ayudaron a mantenerse en la elite.

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Elefante hambriento entra a tienda en Tailandia y se come muchas bolsas de galletas

Plai Biang Lek, un habitué de la zona, se retiró del lugar tras ingerir los alimentos, sin herir a nadie ni dejar daños mayores

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El elefante Plai Biang Lek sorprendió a los habitantes de la provincia de Nakhon Ratchasima, en el noreste de Tailandia, al irrumpir hambriento este lunes en un local de comida y servirse él mismo una variedad de snacks.

El incidente quedó registrado en varios videos que no tardaron en circular en redes sociales y volverse virales.

En las imágenes se observa cómo el animal se detiene frente al mostrador, selecciona dulces y snacks con la trompa, y mastica tranquilamente, sin inmutarse ante los intentos de los trabajadores del parque nacional por ahuyentarlo.

La tienda, ubicada junto a una carretera próxima al Parque Nacional Khao Yai, suele recibir la visita de elefantes salvajes, aunque nunca antes había ocurrido que uno entrara en un local.

“Normalmente lo vemos pasar y lo observamos desde adentro, nunca ninguno había ingresado en la tienda ni había hecho daño a nadie”, explicó la dueña al medio estadounidense, destacando que, en esta ocasión, sin embargo, el animal permaneció dentro del establecimiento durante unos diez minutos.

“Se acercó al mostrador, el de dulces, cerca del congelador. Empujó con cuidado el congelador con su trompa para que cupiera dentro. (Luego) fue directo a los bocadillos y los rebuscó con la trompa. Se comió unas diez bolsas de dulces, que costaban 35 baht (1 dólar) cada una. También comió plátanos secos y bocadillos de maní”, precisó y recordó que le dijo “‘vete, anda’, pero no me hizo caso. Fue como si hubiera venido a propósito”.

Mientras todo ello ocurría, otro elefante lo esperaba fuera del local, aunque sin acercarse a los transeúntes.

Los comerciantes llamaron a los guardabosques del parque quienes, después de muchos intentos por ahuyentarlos, finalmente lograron alejar a los elefantes, quedando únicamente marcas de barro en el suelo y el techo, pero sin causar daños significativos ni herir a nadie.

Danai Sookkanthachat, voluntario del parque nacional, explicó que Plai Biang Lek es conocido por buscar comida en casas cercanas, aunque esta fue la primera vez que se lo vio entrar en una tienda de comestibles.

De hecho, “cuando salió del local, fue a abrir la ventana de un dormitorio en otra casa”, relató Danai.

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Michael B. Jordan se convierte en fenómeno con su papel en “Sinners”

Con una recaudación de 341 millones de dólares y su aparición en la reciente portada de New York Magazine, el actor vive su consagración como estrella y agita el debate sobre el futuro de Hollywood

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El éxito de Sinners ha transformado a Michael B. Jordan en una de las figuras más indiscutibles del cine contemporáneo. La película, un thriller original de vampiros dirigido por Ryan Coogler y protagonizado por Jordan, ha recaudado 341 millones de dólares en taquilla, según reportó New York Magazine.

Este logro no solo ha revitalizado el debate sobre la viabilidad de las películas originalesen Hollywood, sino que también ha consolidado a Jordan como una estrella de primer nivel, superando años de escepticismo sobre su estatus y abriendo nuevas oportunidades en una industria marcada por la incertidumbre y la discusión sobre la representación afroamericana.

El fenómeno “Sinners”: cifras, recepción y comparaciones

Sinners irrumpió en la cartelera con una fuerza poco habitual para una película no basada en una franquicia preexistente. Su estreno generó 46 millones de dólares en su primer fin de semana en Norteamérica, una cifra que, aunque destacada, fue recibida con cierto escepticismo por parte de algunos medios y ejecutivos de la industria.

The New York Times calificó el resultado con “un gran asterisco”, mientras que Variety enfatizó en redes sociales que la rentabilidad aún estaba lejos de alcanzarse, citando los elevados costos de producción y marketing.

Sin embargo, la magnitud del éxito de Sinners resulta aún más notable en un contexto donde la asistencia a los cines no ha recuperado los niveles previos a la pandemia y la producción nacional de películas enfrenta una crisis prolongada.

De acuerdo con New York Magazine, la película ha generado un tipo de conversación cultural que no se veía desde el estreno de ¡Huye! (2017) de Jordan Peele, ocho años atrás. El filme no solo ha dominado la taquilla, sino que ha sido objeto de numerosos análisis sobre raza, apropiación cultural y sexualidad, temas que han alimentado el debate mediático y social en torno a su impacto.

Reacción de la industria: escepticismo, debate y cambio de paradigma

El éxito de Sinners no estuvo exento de dudas iniciales dentro de Hollywood. Reporteros y ejecutivos parecían dispuestos a minimizar el desempeño de la película, cuestionando tanto su rentabilidad como el acuerdo de producción entre Warner Bros. y Ryan Coogler, que otorga al director derechos de propiedad sobre la obra después de 25 años.

Un ejecutivo advirtió a Vulture que este tipo de acuerdos “podría ser el fin del sistema de estudios”. Ben Fritz, periodista de The Wall Street Journal, describió el ambiente en la industria como uno de “casi resentimiento y frustración”, preguntándose cómo Coogler y Jordan lograron financiar una película original de 100 millones de dólares.

En este contexto de aversión al riesgo y austeridad, el desempeño de Sinners se percibe como una anomalía y un desafío a las tendencias dominantes. La encuesta de salida realizada durante el estreno, citada por Deadline y recogida por New York Magazine, reveló que el 47% de los asistentes eligió ver la película principalmente por la presencia de Michael B. Jordan, lo que subraya su poder de convocatoria y su creciente atractivo como protagonista.

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