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Gustavo Petro ordenó al Ejército no intervenir en la toma campesina en el Caguán

El mandatario reconoció en sus redes sociales que la orden provino de él, como comandante de las Fuerzas Militares.

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Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el presidente de la República, Gustavo Petro, habría dado la orden expresa de no realizar una intervención militar para liberar a los policías secuestrados durante la toma campesina a Los Pozos, en zona rural de San Vicente del Caguán.

Así lo dio a conocer el jefe de Estado a través de su canal habitual de comunicaciones, Twitter: “La orden dada al ejército de no intervenir en los hechos de San Vicente la di yo como comandante de las Fuerzas militares. Una intervención militar ante una manifestación de 7.000 campesinos solo puede generar una masacre. Que hagan eso las dictaduras, pero una democracia jamás”.

De acuerdo con el mandatario, las muertes de dos miembros de la Guardia Campesina y el subteniente Arley Monroy sucedieron durante el enfrentamiento temprano entre miembros de la Policía y los manifestantes, por lo que, no era una opción intervenir de nuevo con la fuerza para liberar a los 79 agentes detenidos.

“Fue en el primer momento de la asonada contra la empresa Emerald donde murieron tanto los campesinos como el subintendente Monroy. Solo después con la llegada del gobierno se logró la liberación de todo el personal retenido y la negociación pacífica”.

Al término de su pronunciamiento, el presidente culpó al anterior Gobierno por no cumplir los acuerdos a los que se había llegado con los habitantes de la zona, entre los cuales estaba la pavimentación de 42 kilómetros de vía.

“La situación de indignación del campesinado que se congregó allí proveniente del Guaviare, la Macarena, Putumayo y el Caquetá, se debe a que sienten que incumplieron acuerdos firmados por el gobierno Duque en Altamira y por el incumplimiento de sanciones impuestas a la empresa”.

La confesión de Petro llega después de que el ministro de Defensa, Iván Velázquez, defendiera la no intervención de las fuerzas militares, durante las 31 horas en las que estuvieron secuestrados los agentes de la Policía Metropolitana de Neiva, varios de los cuales denuncian haber sido tratados como trofeos de guerra.

En medio de una rueda de prensa, Velázquez reprochó a quienes solicitaban apoyo desde Bogotá, sin conocer “la magnitud de lo que significaba la presencia de miles de campesinos. Cualquier acción hubiera provocado más tragedia, más muertes. Lamentamos las dos muertes, no se le puede reclamar al Ejército por no intervenir, porque la única opción era disparar”.

Según comentó “el Ejército sabía que podía generarse algo mucho más grave si ellos intervenían, porque están preparados es para usar las armas”, a diferencia de de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (anterior ESMAD) cuyo protocolo inicia con el dialogo.

De ahí que realizara una solicitud a las entidades de control que suponen que, en los hechos de San Vicente, hubo negligencia por parte del Estado:

“Pido a todos que revisen con objetividad, con ecuanimidad esto que ha ocurrido y concluyan si este fue el procedimiento adecuado para tratar de salvar más vidas y no para arriesgar tantas como se hubieran podido producir”.

Antes de que el presidente se pronunciara el jefe de la cartera aseguró que se había contactado directamente con el comandante encargado de mantener el orden en la zona y que fue él quien le dio la orden de no actuar, una solicitud que, de por sí, ya habrían puesto sobre la mesa algunos elementos del ejército en el Caguán: “¿Si se hubieran usado las armas cómo hubiese sido esa batalla campal?”.

Sin embargo, tanto la versión del presidente como la del ministro suscitaron una oleada de críticas, de quienes, desde el Gobierno y la población civil, cuestionaron de qué lado estaban: ¿los militares secuestrados o sus captores?

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El papa canonizó por primera vez a dos beatos de Venezuela: José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles

La santificación, aprobada por el Francisco antes de su muerte, marca un momento clave para la fe católica en el país sudamericano, en medio de la grave crisis social y política que aqueja a la población

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La mañana del domingo en la plaza de San Pedro dejó una estampa diferente a la habitual solemnidad romana: una multitud vibrante, colorida y emocionada, con miles de banderas venezolanas ondeando bajo el sol. Era, sobre todo, una jornada de celebración venezolana, marcada por la canonización de dos figuras profundamente queridas: José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, y Carmen Rendiles, fundadora de una congregación religiosa y ejemplo de fortaleza.

En medio de cantos, rezos y lágrimas, la ceremonia oficializó un momento de comunión tanto para los que se congregaron en Roma como para los millones de venezolanos que, desde su país natal, siguieron el acontecimiento en medio de una severa crisis política y económica.

Cuando el papa León XIV pronunció en latín la solemne fórmula de canonización para inscribir en el libro de los santos los nombres de Hernández y Rendiles, la ovación cruzó el Atlántico. El eco del aplauso se expandió en plazas y calles de Caracas, donde cientos de fieles siguieron la transmisión en directo, muchos con imágenes de papeles y estampas del doctor-santo y otros encendiendo velas frente a altares improvisados. El júbilo no distinguía entre oficialistas y opositores: la canonización ofreció una de las pocas ocasiones de unidad para el país, distendiendo —al menos durante unas horas— la fuerte polarización política que define a la Venezuela contemporánea.

A la celebración acudieron cerca de 55.000 peregrinos, según informaron las autoridades locales. De ellos, miles ondeaban con orgullo el tricolor venezolano, y camisetas y gorras con el rostro de José Gregorio Hernández y la imagen de Carmen Rendiles resaltaban entre las delegaciones internacionales.

Entre los asistentes, un testimonio fue recogido por la prensa local: José Ramón Malave Contreras, venezolano que reside en Roma. “Mi mamá me puso mi nombre gracias a este santo venezolano porque según la creencia, yo iba a nacer muerto, así que mi mamá me puso su nombre por haberme salvado la vida. Para mí era imperdible este momento”, declaró emocionado.

La jornada en el Vaticano no fue exclusiva de los venezolanos. En esa misma ceremonia, el papa León XIV sumó a otros cinco santos: el arzobispo Ignacio Choukrallah Maloyan, mártir armenio asesinado durante el genocidio de inicios del siglo XX; Peter To Rot, laico de Papúa Nueva Guinea ejecutado en 1945; las religiosas italianas Vincenza Maria Poloni y Maria Troncatti; y el laico italiano Bartolo Longo. Pero la devoción popular venezolana marcó la jornada con un fervor y colorido raramente presentes en Roma.

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Investigan si los viajes espaciales debilitan el sistema inmunitario humano: las estrategias de prevención

Científicos evalúan los riesgos y proponen acciones para preservar la salud de los astronautas. Qué dicen los nuevos estudios

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La humanidad se encuentra en un momento sin precedentes. Los planes de visitar la Luna, establecer estaciones espaciales permanentes e incluso arribar a Marte en la próxima década, ya no pertenecen al reino de la ciencia ficción.

Sin embargo, junto con estas ambiciones extraordinarias surgen riesgos desconocidos y complejos para la salud humana, siendo el sistema inmunitario uno de los más vulnerables.

Para comprender mejor estos efectos, un equipo internacional liderado por el doctor Daniel Winer, del Buck Institute for Research on Aging, en colaboración con la NASA, la Agencia Espacial Europea y otras universidades, ha desarrollado un marco científico integral denominado astroinmunología.

Esta subdisciplina analiza cómo los factores estresantes del espacio alteran la fisiología inmunitaria y explora estrategias para proteger la salud de los astronautas en misiones de larga duración.

“El futuro de la humanidad implicará vivir en el espacio exterior o en mundos distantes para algunas personas. El objetivo principal de establecer esta subespecialidad emergente de la astroinmunología es desarrollar contramedidas para proteger la salud de quienes exploran la vida fuera de la Tierra”, señaló Winer.

El trabajo publicado en Nature Reviews Immunology no se limita a describir los problemas observados durante las misiones espaciales, sino que ofrece una comprensión mecanicista de cómo la microgravedad, la radiación cósmica, los cambios en los patrones de sueño y los factores de estrés fisiológico afectan la función inmunitaria.

Estos estudios aprovechan análisis multiómicos modernos, que incluyen perfiles transcriptómicos, proteómicos y metabolómicos, para delinear los mecanismos celulares y moleculares que explican la disminución de la eficacia del sistema inmunitario en el espacio.

Uno de los hallazgos más críticos es el impacto de la microgravedad en las células inmunitarias. En ausencia de la atracción gravitacional terrestre, los linfocitos T y las células NK presentan una proliferación, diferenciación y capacidad de respuesta reducidas. La desorganización del citoesqueleto altera la señalización y la comunicación intercelular, mientras que la disfunción mitocondrial incrementa la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO), que dañan células y tejidos.

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