El magnate de la tecnología y uno de los hombres más ricos del planeta considera que un globo de carbonato de calcio -o tiza- puede cambiar para siempre el desempeño del calentamiento global.
Aunque hoy por hoy se encuentra dedicado casi que de lleno a la filantropía, Bill Gates no deja de ser vistos en todo el mundo como uno de los más influyentes personajes en el desarrollo de la actual revolución digital, en la que Microsoft, empresa de la que es fundador, ha jugado un papel trascendental a lo largo de los años. Estudiante de Harvard, Gates dio inicio a la compañía en 1975, bajo la cual comenzó a sellar acuerdos con otras compañías, tales como Apple y IBM, hoy estandartes en el mercado internacional de la tecnología.
La ola creció y, con los años, también lo ha hecho el poderío de Microsoft en todo el planeta. Sin embargo, alejado de ambiciones, Gates decidió dar un paso al costado de la comandancia de la compañía en 2008, año en el que también cambió el rumbo de su vida para dedicarla de lleno a la filantropía. Esos esfuerzos, que le han valido diferentes honores (entre ellos la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos en 2016), hacen de Bill uno de los hombres con mayor influencia a nivel global.
A pesar de su no continuidad al frente de la empresa hace ya más de 15 años, a Bill Gates no es que le haga falta el dinero. Esto le permite ambicionar proyectos pensados en mejorar considerablemente las condiciones de la vida en el planeta Tierra. Bajo ese propósito, existe una propuesta que en los últimos días ha ocupado diferentes titulares de prensa en todo el planeta, debido a lo excéntrico que puede sonar en un principio.
De acuerdo con el propio Gates, el plan es tapar el sol con carbonato de calcio, el elemento con el cual se fabrican las tizas para los salones de clase, casas de apuestas y otros roles.
A sus 67 años de edad, Gates ha demostrado una constante preocupación por el medio ambiente y los efectos devastadores del calentamiento global. Más allá de su legado en el mundo de la tecnología, ha emergido como un defensor apasionado de la sostenibilidad y un pionero en la búsqueda de soluciones audaces para enfrentar este desafío global. En los últimos años, ha dirigido su atención hacia la investigación de soluciones que puedan mitigar los efectos del cambio climático y preservar el futuro del planeta. En este contexto, ha concebido un proyecto audaz y controvertido: tapar el sol.
¿En qué consiste la idea de tapar el sol?
La propuesta no implica un enfoque literal de obstruir la luz solar con una estructura física. Gates está explorando la idea de utilizar técnicas de geoingeniería para intervenir y alterar el sistema climático de la Tierra a gran escala. El proyecto propuesto implica elevar un globo gigante relleno con carbonato de calcio, también conocido como tiza, hasta la estratosfera, con la intención de dispersarlo a unos 19 kilómetros por encima de la superficie terrestre.
El objetivo detrás de este enfoque radical es lograr la atenuación solar, lo que efectivamente podría enfriar el planeta al bloquear una parte de la radiación solar. Si bien la idea puede parecer futurista e incluso arriesgada, el propósito subyacente es aún más ambicioso. Más allá de los efectos inmediatos de enfriamiento, Gates busca establecer una base de datos sólida a partir de este proyecto, que permita recopilar información valiosa sobre cómo estas técnicas pueden influir en el clima global.
La geoingeniería, un campo emergente y altamente debatido, involucra intervenciones deliberadas en el sistema climático de la Tierra para contrarrestar el cambio climático. Los defensores de esta aproximación sostienen que podría ser una herramienta poderosa para mitigar los peores efectos del calentamiento global, mientras que los críticos advierten sobre sus posibles consecuencias imprevistas y los riesgos éticos y ambientales que conlleva.
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La edición impresa de agosto de Vogue marca un hito: por primera vez, una modelo completamente generada por inteligencia artificial protagoniza una campaña publicitaria. Se trata de Seraphinne Vallora, una creación fotorrealista desarrollada por Valentina González y Andreea Petrescu, fundadoras de una empresa especializada en avatares humanos para uso comercial.
Campaña: Dos páginas para la marca Guess, con Seraphinne en escenarios cotidianos, como un café y una pared azul, vestida con prendas de verano. Identificación: Solo una línea diminuta revela que es una modelo artificial: “Seraphinne Vallora on AI”. Proceso creativo: Involucra cinco empleados y puede tardar hasta un mes. Las tarifas alcanzan cifras de seis dígitos.
Controversia: Modelos reales y activistas laborales critican el desplazamiento humano y la perpetuación de estándares de belleza inalcanzables.
Felicity Hayward y Sara Ziff advierten que la campaña responde más a recortes de costos que a innovación.
Las creadoras admiten que las imágenes de IA con tonos de piel diversos reciben menos interacción, lo que influye en sus publicaciones.
Vogue China, Italia y Portugal ya han experimentado con portadas generadas por IA. Además, OpenAI y Condé Nast anunciaron una alianza para integrar contenido en ChatGPT.
Alice L. Walton, la mujer más rica del mundo y heredera del imperio Walmart, inauguró el 14 de julio la Escuela de Medicina Alice L. Walton (AWSOM) en Bentonville, Arkansas, con el objetivo de transformar la educación médica en Estados Unidos.
AWSOM propone un modelo académico centrado en medicina preventiva, salud integral y atención comunitaria, alejándose del enfoque tradicional biomédico. El plan de estudios incluye biología clásica reforzada con nutrición, arte, humanidades y tecnología, con más de 50 horas prácticas en cocina saludable, talleres agrícolas y análisis artístico en el Museo Crystal Bridges. Además, se promueve el uso de inteligencia artificial y drones para mejorar el acceso a medicamentos en zonas rurales.
La escuela cuenta con alianzas estratégicas con la Universidad de Stanford, el sistema de salud Mercy y el Heartland Whole Health Institute. Walton, quien sobrevivió a un grave accidente automovilístico en los años 80, impulsa este proyecto como respuesta a las deficiencias del sistema de salud estadounidense. Las primeras cinco generaciones de estudiantes tendrán matrícula cubierta, gracias a su respaldo financiero.
AWSOM busca ser un modelo replicable y sostenible, que forme médicos capaces de abordar los factores conductuales responsables del 60% de las muertes prematuras en EE.UU. Con esta iniciativa, Walton apuesta por una medicina más humana, preventiva y conectada con las comunidades.