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EEUU solicitó a Honduras la extradición del ex presidente Juan Hernández

La Cancillería hondureña informó en su cuenta de Twitter que remitió a la Corte Suprema “comunicación oficial de la Embajada” estadounidense.

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Juan Hernández

Estados Unidos solicitó a Honduras la extradición del ex presidente Juan Orlando Hernández (2014-2022), sobre quien pesan señalamientos por narcotráfico, mientras que las autoridades pidieron su detención provisional para iniciar el proceso.

La información fue proporcionada el lunes a la AFP por fuentes oficiales cercanas al caso, y se conoció poco después de que la Cancillería de Honduras informó en su cuenta de Twitter que remitió a la Corte Suprema “comunicación oficial de la Embajada de los EEUU”, solicitando formalmente el arresto provisional de “un político hondureño”, no mencionado, con el propósito de extradición a Estados Unidos.

De acuerdo con las mismas fuentes, Hernández se encuentra en territorio hondureño. La noche del lunes, en su residencia en la colonia San Ignacio de la capital Tegucigalpa, se observaba un fuerte dispositivo de seguridad.

En tanto, la cadena informativa CNN exhibió el documento en el cual el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras hace a la Corte Suprema la “solicitud formal de arresto provisional con el propósito de extradición a los Estados Unidos de América de Juan Orlando Hernández Alvarado, alias JOH”.

Juan Hernández

El abogado de Hernández, Hermes Ramírez denunció en el telenoticiero TN5 que su representado estaba siendo objeto de “atropellos” al ser rodeada su vivienda por un cordón policial, que impedía el acceso de sus asesores y de la comisionada estatal de Derechos Humanos.

Explicó que no se le había notificado la orden de captura, ni “se ha nombrado juez natural” para llevar a cabo el proceso de extradición, como es habitual en este tipo de casos, reclamó.

Según conoció la AFP, La Corte Suprema convocó de urgencia para el martes a los magistrados para “la designación del juez natural” que se hará cargo del caso.

-”Actos corruptos”-

El pasado 7 de febrero el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, había afirmado que Hernández fue incluido el 1 de julio de 2021 en el listado de personas señaladas de corrupción o de socavar la democracia en El Salvador, Guatemala y Honduras.

“Estados Unidos está promoviendo la transparencia y la rendición de cuentas en Centroamérica al hacer públicas las restricciones de visa contra el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, debido a actos corruptos”, detalló Blinken. “Nadie está por encima de la ley”, subrayó.

Hernández, quien dejó la presidencia de Honduras el 27 de enero tras ocho años en el cargo, ha sido implicado por fiscales de Nueva York en nexos con el narcotráfico. Su hermano, el exdiputado “Tony” Hernández, fue condenado en marzo de 2021 a cadena perpetua en Estados Unidos por ese mismo delito.

En un comunicado, Blinken apuntó que “según múltiples informes creíbles de los medios”, Hernández “se ha involucrado en corrupción significativa al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico, y al utilizar las ganancias de actividades ilícitas para campañas políticas”.

“Además, Hernández fue identificado por su nombre en el testimonio de un testigo bajo declaración jurada en un proceso penal federal de Estados Unidos por haber recibido ganancias del narcotráfico como parte de la financiación de su campaña”, agregó.

Fiscales estadounidenses se han referido al exgobernante como “co-conspirador”, aunque no existía una acusación formal en su contra.

El ex presidente Hernández niega todos los cargos y asegura que las acusaciones son una venganza impulsada por los mismos capos de la droga que su gobierno capturó o extraditó a Estados Unidos.

Argumentó que entre 2014 y 2021 se extraditaron 28 capos y otros 31 se entregaron a Estados Unidos, en tanto se decomisaron 41.240 kg de cocaína, entre otros logros de su lucha contra el narcotráfico.

-Temor de fuga-

Tras entregar el poder a Xiomara Castro, primera mujer presidenta de Honduras, Hernández fue juramentado como diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen), un beneficio al que acceden todos los expresidentes de la región al dejar el cargo, lo que le concede derecho a inmunidad y antejuicio.

Juan Hernández

Hernández “goza de la protección como diputado del Parlamento Centroamericano”, dijo su abogado.

Poco antes de dejar el cargo, JOH, como se le conoce por sus iniciales, viajó sorpresivamente a Nicaragua para firmar un tratado de límites marítimos con el gobernante Daniel Ortega, situación que despertó suspicacias sobre la posibilidad de usar ese territorio para escapar de la justicia.

“Hernández ha tenido reuniones con Ortega, y Ortega ya les dio refugio a dos expresidentes de El Salvador, y Nicaragua no tiene tratado de extradición con los Estados Unidos (…) Estando en Nicaragua, la justicia norteamericana no va a poder agarrarlo”, dijo a la CNN Mike Vigil, ex director de Operaciones Internacionales de la agencia antidrogas estadounidense (DEA).

(Con información de AFP)

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México ha entregado a EEUU a 55 líderes de cárteles de droga en operaciones secretas durante el 2025

El operativo incluyó sigilo extremo, drones de vigilancia y sustitución de personal penitenciario. Las autoridades temían fugas, atentados y motines de último minuto

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En una de las operaciones conjuntas más ambiciosas entre México y EstadosUnidos, 55 líderes de cárteles mexicanos fueron entregados este año a la justicia estadounidense en dos misiones bajo estrictas medidas de seguridad. La acción, resultado de una presión diplomática ejercida principalmente por la administración de Donald Trump, representa un golpe a las estructuras criminales y un giro en la cooperación bilateral frente al tráfico de drogas.

De acuerdo con información publicada por The Wall Street Journal (WSJ), los reos trasladados representan las cúpulas de organizaciones como Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y Zetas. Entre los extraditados figuran nombres emblemáticos como Rafael Caro Quintero, acusado del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985 y prófugo de la justicia estadounidense por décadas.

Durante sus estancias en prisiones de México, estos reclusos contaban con redes de corrupción que les permitían acceso a armas, drogas, mujeres y dispositivostelefónicos. Según funcionarios estadounidenses y mexicanos, desde sus celdas coordinaban el envío de toneladas de heroína, fentanilo, cocaína y metanfetamina hacia Estados Unidos, además de ordenar homicidios y secuestros.

El proceso de extradición se mantuvo en completo sigilo ante el temor de fugas, motines y posibles atentados contra los propios capos, quienes representaban riesgos de filtración de información sensible. “Nunca en la historia de nuestra agencia hemos visto la remoción de este nivel de criminales desde México”, señaló Derek Maltz, exjefe interino de la Administración de Control de Drogas (DEA).

La transferencia de los líderes criminales requirió la movilización de 2.000 efectivos de fuerzas especiales mexicanas. “Fue una misión que no podía fallar. Cualquier filtración habría encendido alarmas y disparado la violencia”, aseguró un alto funcionario mexicano al WSJ.

El nivel de secreto fue tal que los propios detenidos desconocían su destino hasta pisar territorio estadounidense. “Welcome to America!”, exclamó Maltz al recibir al primer grupo de extraditados. Los raslados se ejecutaron en dos bloques: la primera hace nueve meses y la segunda en agosto. Los prisioneros desembarcaron en ciudades como Chicago, Phoenix, San Antonio, Nueva York y Washington D.C..

Entre los extraditados sobresalen los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño, antiguos jefes de Los Zetas, organización responsable de una oleada de violencia. Conforme a fuentes oficiales mexicanas, los Treviño controlaban desde prisión una red de más de 600 internos y han sido vinculados al asesinato de 18 custodios penitenciarios.

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Nicolás Maduro recurre a custodios cubanos y se esconde en múltiples lugares ante el temor de un ataque de Estados Unidos

El dictador chavista ha cambiado su rutina, teléfonos y lugares de descanso, y ha delegado responsabilidades clave de su protección en agentes de inteligencia de La Habana

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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha reforzado de manera significativa su seguridad personal, incluyendo el cambio de lugar donde duerme, y ha recurrido a Cuba, su principal aliado, ante la creciente amenaza de una intervención militar estadounidense en el país.

Así lo confirman varias personas cercanas al gobierno venezolano. Describen un clima de tensión y preocupación dentro del entorno íntimo del mandatario, aunque aseguran que Maduro considera que mantiene el control y que podrá superar este desafío, el más grave en sus 12 años de gobierno.

Para protegerse de un posible ataque de precisión o de una incursión de fuerzas especiales, Maduro ha cambiado repetidamente de lugar para dormir y de teléfono celular, según dichas fuentes. Estas precauciones se intensificaron desde septiembre, cuando Estados Unidos empezó a acumular buques de guerra y a atacar embarcaciones que la administración de Trump afirma que traficaban drogas desde Venezuela.

Para reducir el riesgo de ser traicionado, Maduro también ha ampliado el papel de los guardaespaldas cubanos en su equipo de seguridad personal y ha incorporado más oficiales de contrainteligencia cubanos al ejército venezolano, indicó una de las fuentes.

Sin embargo, en público, Maduro ha intentado minimizar las amenazas de Washington, mostrándose relajado y despreocupado, haciéndose presente en actos públicos sin previo aviso, bailando y publicando videos propagandísticos en TikTok.

Las siete personas cercanas al gobierno entrevistadas para este artículo pidieron el anonimato por temor a represalias o porque no estaban autorizadas a hablar con la prensa. El Ministerio de Comunicación de Venezuela, responsable de las consultas de medios, no respondió a la solicitud de comentarios sobre el artículo.

La administración Trump ha acusado a Maduro de liderar un “cártel narcoterrorista” que inunda a Estados Unidos de drogas, una narrativa que, según muchos funcionarios actuales y anteriores en Washington, busca en última instancia un cambio de régimen. Sin embargo, Trump ha combinado esas amenazas con menciones a una posible solución diplomática. Él y Maduro conversaron por teléfono el mes pasado para discutir una posible reunión.

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