La búsqueda de mantener una apariencia juvenil es constante en nuestra sociedad. Con el avance de la medicina estética, las opciones parecen infinitas, especialmente para quienes superan los 50 años y desean que su rostro refleje la vitalidad que sienten. Sin embargo, no todas las estrategias son adecuadas y aplicar las mismas técnicas que a los 30 puede resultar contraproducente.

Para abordar este tema, recurrimos a información compartida por el Dr. Amir Karamen su canal de YouTube. Este cirujano plástico facial y reconstructivo con doble certificación, además de otorrinolaringólogo, es reconocido por su enfoque innovador, como el procedimiento Vertical Restore®.
Fundador de la línea Karam MD y autor de “Rejuvenation of the Aging Face”, comparte valiosos conocimientos sobre los errores más comunes en el rejuvenecimiento facial después de los 50 años.
El bótox es quizás el tratamiento estético más popular para suavizar las líneas de expresión, pero su aplicación requiere una adaptación significativa después de los 50.
El error: continuar con las mismas dosis o técnicas usadas en la juventud.
¿La explicación del experto? “A partir de cierta edad, uno necesita el músculo frontal para levantar las cejas”, advierte Karam.
Con el envejecimiento, las cejas tienden a caer y los párpados a acumular piel extra. El músculo frontal compensa esto elevando las cejas para “abrir” la mirada. Paralizarlo excesivamente con bótox puede hacer que los ojos se vean más pequeños y cansados, añadiendo años en lugar de quitarlos.
De manera similar, tratar agresivamente las patas de gallo puede empeorar la apariencia de bolsas o flacidez. “No uses altas dosis de bótox en la frente a medida que envejeces”, aconseja. El tratamiento del entrecejo suele ser seguro, pero la frente y el contorno de ojos requieren dosis menores y estratégicas.
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