Alerta en EEUU por hallazgo de un caracol gigante africano: un condado en Florida entró en cuarentena
La especie es una más dañinas del mundo y puede ser devastadora para los agricultores locales. Además, representa un grave riesgo para la salud de los humanos
El descubrimiento en un condado de Florida (EEUU) de un ejemplar de caracol de tierra gigante africano, una especie invasora que puede producir en los humanos meningitis, ha motivado la imposición de una cuarentena en la zona por parte de las autoridades locales.
Según informan este domingo medios locales, el hallazgo en New Port Richey, en el oeste de Florida, de un caracol terrestre africano gigante ha obligado a la Florida Department of Agriculture and Consumer Services (FDACS) a imponer una cuarentena en el área y a empezar un tratamiento con pesticidas de la tierra.
De acuerdo a esta agencia estatal, esta especie es “uno de los caracoles más dañinos del mundo y consume al menos 500 tipos diferentes de plantas” por lo que su presencia podría ser “devastadora” para los agricultores locales.
Estos caracoles “también representan un grave riesgo para la salud de los humanos al portar el gusano pulmonar de la rata, que se sabe que causa meningitis en los humanos”, según la FDACS.
Con la orden de cuarentena la agencia estatal quiere evitar que los residentes entren en contacto, muevan y suelten en la naturaleza a estos moluscos gasterópodos, los cuales pueden llegar a medir hasta ocho pulgadas (20 centímetros) de largo.
Piden a los residentes que divisen a uno de estos caracoles que alerten a las autoridades locales.
Según datos suministrados, desde que se encontró el primer caracol en 2011, el estado de Florida recolectó más de 168.000 ejemplares con la ayuda de un equipo de perros que detectan caracoles.
Solo en 2012, un año después de que se detectara la presencia de estos animales en el condado de Miami-Dade, la propia entidad estatal informó haber atrapado unos 78.000 caracoles africanos gigantes de tierra, que además causan daños estructurales en edificios.
Este animal (Lissachatina fulica) es uno de los caracoles de tierra más grandes del mundo, alcanza los 20 centímetros de largo y más de 10 de diámetro
Cada ejemplar, que puede llegar a vivir 9 años, contiene órganos reproductores de ambos sexos y en una puesta pueden producir hasta 400 huevos, de forma que en un año normal cada uno pone una media de 1.200 huevos.
Es original de África oriental y se ha establecido a lo largo de la cuenca indo-pacífica, incluyendo las islas de Hawái.
Esta plaga invasora también ha sido introducida en las islas caribeñas de Martinica, Guadalupe, Santa Lucía y Barbados.
El último caracol terrestre africano gigante vivo se reportó en Florida en 2021, señalaron las autoridades.
Para que una especie sea erradicada deben pasar tres años desde que se encuentra un individuo vivo, detallaron los expertos durante la rueda de prensa.
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El papa canonizó por primera vez a dos beatos de Venezuela: José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles
La santificación, aprobada por el Francisco antes de su muerte, marca un momento clave para la fe católica en el país sudamericano, en medio de la grave crisis social y política que aqueja a la población
La mañana del domingo en la plaza de San Pedro dejó una estampa diferente a la habitual solemnidad romana: una multitud vibrante, colorida y emocionada, con miles de banderas venezolanas ondeando bajo el sol. Era, sobre todo, una jornada de celebración venezolana, marcada por la canonización de dos figuras profundamente queridas: José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, y Carmen Rendiles, fundadora de una congregación religiosa y ejemplo de fortaleza.
En medio de cantos, rezos y lágrimas, la ceremonia oficializó un momento de comunión tanto para los que se congregaron en Roma como para los millones de venezolanos que, desde su país natal, siguieron el acontecimiento en medio de una severa crisis política y económica.
Cuando el papa León XIV pronunció en latín la solemne fórmula de canonización para inscribir en el libro de los santos los nombres de Hernández y Rendiles, la ovación cruzó el Atlántico. El eco del aplauso se expandió en plazas y calles de Caracas, donde cientos de fieles siguieron la transmisión en directo, muchos con imágenes de papeles y estampas del doctor-santo y otros encendiendo velas frente a altares improvisados. El júbilo no distinguía entre oficialistas y opositores: la canonización ofreció una de las pocas ocasiones de unidad para el país, distendiendo —al menos durante unas horas— la fuerte polarización política que define a la Venezuela contemporánea.
A la celebración acudieron cerca de 55.000 peregrinos, según informaron las autoridades locales. De ellos, miles ondeaban con orgullo el tricolor venezolano, y camisetas y gorras con el rostro de José Gregorio Hernández y la imagen de Carmen Rendiles resaltaban entre las delegaciones internacionales.
Entre los asistentes, un testimonio fue recogido por la prensa local: José Ramón Malave Contreras, venezolano que reside en Roma. “Mi mamá me puso mi nombre gracias a este santo venezolano porque según la creencia, yo iba a nacer muerto, así que mi mamá me puso su nombre por haberme salvado la vida. Para mí era imperdible este momento”, declaró emocionado.
La jornada en el Vaticano no fue exclusiva de los venezolanos. En esa misma ceremonia, el papa León XIV sumó a otros cinco santos: el arzobispo Ignacio Choukrallah Maloyan, mártir armenio asesinado durante el genocidio de inicios del siglo XX; Peter To Rot, laico de Papúa Nueva Guinea ejecutado en 1945; las religiosas italianas Vincenza Maria Poloni y Maria Troncatti; y el laico italiano Bartolo Longo. Pero la devoción popular venezolana marcó la jornada con un fervor y colorido raramente presentes en Roma.
La humanidad se encuentra en un momento sin precedentes. Los planes de visitar la Luna, establecer estaciones espaciales permanentes e incluso arribar a Marte en la próxima década, ya no pertenecen al reino de la ciencia ficción.
Sin embargo, junto con estas ambiciones extraordinarias surgen riesgos desconocidos y complejos para la salud humana, siendo el sistema inmunitario uno de los más vulnerables.
Para comprender mejor estos efectos, un equipo internacional liderado por el doctor Daniel Winer, del Buck Institute for Research on Aging, en colaboración con la NASA, la Agencia Espacial Europea y otras universidades, ha desarrollado un marco científico integral denominado astroinmunología.
Esta subdisciplina analiza cómo los factores estresantes del espacio alteran la fisiología inmunitaria y explora estrategias para proteger la salud de los astronautas en misiones de larga duración.
“El futuro de la humanidad implicará vivir en el espacio exterior o en mundos distantes para algunas personas. El objetivo principal de establecer esta subespecialidad emergente de la astroinmunología es desarrollar contramedidas para proteger la salud de quienes exploran la vida fuera de la Tierra”, señaló Winer.
El trabajo publicado en Nature Reviews Immunology no se limita a describir los problemas observados durante las misiones espaciales, sino que ofrece una comprensión mecanicista de cómo la microgravedad, la radiación cósmica, los cambios en los patrones de sueño y los factores de estrés fisiológico afectan la función inmunitaria.
Estos estudios aprovechan análisis multiómicos modernos, que incluyen perfiles transcriptómicos, proteómicos y metabolómicos, para delinear los mecanismos celulares y moleculares que explican la disminución de la eficacia del sistema inmunitario en el espacio.
Uno de los hallazgos más críticos es el impacto de la microgravedad en las células inmunitarias. En ausencia de la atracción gravitacional terrestre, los linfocitos T y las células NK presentan una proliferación, diferenciación y capacidad de respuesta reducidas. La desorganización del citoesqueleto altera la señalización y la comunicación intercelular, mientras que la disfunción mitocondrial incrementa la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO), que dañan células y tejidos.