Entre campos de juego que despiertan la crítica de casi todas las selecciones, la Copa América 2024 entregó en la noche del viernes otra postal singular, propia de la escasa cultura de fútbol que todavía rige en Estados Unidos: si hay pocas ciudades en el mundo en las que Brasil, la selección más seductora de la historia, sea incapaz de llenar un estadio, Las Vegas es una de ellas. Ante las tribunas sin completar del Allegiant Stadium, que habitualmente son ocupadas por los aficionados de Las Vegas Raiders, una franquicia de fútbol americano –también fue sede del último Super Bowl-, Vinicius al fin trasladó su juego del Real Madrid a su equipo nacional y encendió al pentacampeón del mundo, que goleó 4-1 a Paraguay, convertido en el primer equipo eliminado de la Copa.
Dependiente de Vinicius en casi toda la noche, a Brasil le alcanzó un rapto de inspiración colectiva de 10 minutos al final del primer tiempo para recomponerse no sólo de su sorpresivo empate 0-0 en el debut ante Costa Rica sino también de un preocupante comienzo contra Paraguay. Entre los 35 minutos y el entretiempo, dos goles de Vinicius y otro de Savinho, tras una buena jugada de Rodrygo, resolvieron una actuación hasta entonces sin fluidez. Los dos tantos del atacante del Real Madrid suponen un envión para su campaña en la selección de Brasil porque hasta ahora, vestido de amarillo, Vinicius sólo había convertido tres tantos en 31 presentaciones.
Tras la segunda fecha, el grupo D quedó liderado con Colombia, que ya clasificó a los cuartos de final (6 puntos, +4 en diferencia de gol), seguido por Brasil (4 unidades, +3), que prácticamente también garantizó su pase a la segunda fase, salvo que ocurra un combo tan improbable como que pierda en la última fecha ante Colombia y Costa Rica (1 punto, -3) golee a los paraguayos (0 punto, -4). Sin embargo, el partido que colombianos y brasileños jugarán el martes por el cierre de la zona tendrá una importancia extra vital: el segundo del grupo D enfrentará en los cuartos de final al primero del C, que seguramente será Uruguay, una de las mejores selecciones de la primera fase. Es decir, Brasil deberá ganarle a Colombia para no cruzarse tan pronto con el equipo de Marcelo Bielsa.
Con dos derrotas en dos partidos, la única presencia paraguaya que las pantallas de televisión mostrarán desde ahora, pero con garantía de presencia incluso en la final, será el rostro del omnipresente Alejandro Domínguez, el presidente de la Conmebol que pidió ser captado por la transmisión oficial en la mayoría de los partidos, aunque sea durante algunos segundos.
Paraguay quedó a años luz de la selección que clasificó a cuatro Mundiales seguidos entre 1998 y 2010 y que llegó a la final de la Copa América 2011. De sus últimos 15 partidos, sólo ganó dos, uno oficial ante Bolivia por las Eliminatorias y otro amistoso contra Nicaragua. Tampoco está bien perfilado en la clasificación para el Mundial 2026, por ahora en séptimo lugar sobre 10 participantes. Pero en todo caso, gracias a la gestión de Domínguez, que consiguió que Paraguay, Argentina y Uruguay sean la sede de un partido del Mundial 2030, la Albirroja ya sabe que, si no es para el 2026, tendrá revancha cuatro años después.