En un caso que parece sacado de una película, un exempleado de los Miami Heat compareció este martes ante un tribunal en Florida acusado de robar más de 400 camisetas usadas en partidos y otros objetos de alto valor sentimental y económico, para luego venderlos por alrededor de dos millones de dólares.

Según reportó la agencia EFE, Marcos Thomas Pérez, de 62 años y residente de Miami, aprovechó durante años su acceso privilegiado como agente y posteriormente encargado de seguridad de la NBA en Miami para entrar a una sala donde se almacenaban reliquias históricas del equipo, destinadas a un futuro museo.

Entre las piezas sustraídas se encontraba una verdadera joya deportiva: la camiseta que LeBron James usó en el séptimo juego de las Finales de 2013, donde anotó 37 puntos y aseguró el campeonato contra los San Antonio Spurs. Pérez la vendió por 100.000 dólares, pero la prenda terminó alcanzando 3,7 millones de dólares en una subasta de Sotheby’s, convirtiéndose en la tercera camiseta más cara en la historia de la casa de subastas, informó igualmente ESPN.
Las autoridades afirman que solo en tres años, Pérez habría vendido más de 100 de estos artículos robados, enviándolos a otros estados. El caso ha sorprendido no solo por el valor de los objetos, sino por la astucia con la que, presuntamente, operó durante años sin levantar sospechas.
Como dato curioso, Pérez es un veterano retirado del Departamento de Policía de Miami, con 25 años de servicio. Ahora, enfrenta acusaciones que podrían marcar un drástico giro en su historial.