Se llama “pichiciego menor” y su estudio permitió conocer más a una de las especies más insólitas de América Latina. Qué función cumple su coraza rosada y su pelaje, según científicos del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata
El armadillo más pequeño del mundo habita en la Argentina y se llama pichiciego menor. Pesa menos de 100 gramos y mide menos de 15 centímetros. Pero lo que ha sorprendido en el mundo de la biología a nivel global es que se trata del único mamífero que tiene una doble capa de piel.
Sí, posee una coraza como todos los armadillos. Pero por debajo de la coraza, el pichiciego menor cuenta también con un pelaje de pelos blancos, sedosos y flexibles. Es una adaptación que permite que el pichiciego menor se desplace y viva en ambientes subterráneos y áridos. Es también el único armadillo que tiene hábitos estrictamente subterráneos.
Un nuevo estudio hecho por investigadores de la Argentina reveló cómo está conformada la doble piel, y captó la atención de la revista Scientific American. Esa doble piel podría llegar a servir de inspiración para el diseño de materiales o tecnologías en el futuro.
Diversos estudios sobre la piel de otros animales han inspirado el desarrollo de tecnologías. Por ejemplo, a partir de estudiar la piel del tiburón se hicieron superficies antibacterianas para barcos, submarinos, y dispositivos médicos / (Getty Images).
En el pasado, estudios sobre la piel de tiburón permitieron el desarrollo de superficies antibacterianas para barcos, submarinos, y dispositivos médicos que ya son ofrecidos por una empresa en los Estados Unidos. Hay también investigaciones en marcha en Europa que se inspiran en el tegumento de insectos y lagartos recolectores de humedad para el desarrollo de nuevos lubricantes.
Ahora, ocho investigadores de la Argentina, que pertenecen al Conicet y a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, hicieron por primera vez la descripción del original sistema de la doble capa que tiene la especie de armadillo, que lleva el nombre científico de Chlamyphorus truncatus.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Journal of Zoology de la Sociedad de Zoología de Londres.
Qué estudiaron sobre el pichiciego menor
Científicos del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata hicieron un estudio profundo de la doble piel que tiene el pichiciego menor/ Rayelen Baridon/ Conicet)
“Hicimos un estudio de investigación básica que permite comprender más las adaptaciones tegumentarias de una especie de armadillo que solo habita en el territorio de la Argentina, es decir, que se trata de una especie endémica. Es la primera vez que se realiza un estudio en profundidad del tegumento de esa especie”, comentó a Infobae el coautor y investigador en ciencias veterinarias del Conicet Claudio Barbeito.
En la mayoría de los armadillos que se han descripto en América, hay un escudo protector que se divide en tres partes: una que cubre la cabeza, otra que cubre dorsal y lateralmente el cuerpo y un estuche caudal que cubre la cola. En cambio, la coraza del pichiciego menor es distinta.
Solo está conformada por bandas móviles ligeras y flexibles, y un escudo pélvico. Por debajo de la coraza dorsal, “existe la capa interna con un abundante pelaje blanco fino y sedoso. Ese tipo de pelaje es similar al que presentan mamíferos de hábitos estrictamente subterráneos como las ratas topo o los topos marsupiales. Esa semejanza demuestra convergencias evolutivas con especies de otros grupos de mamíferos que habitan en ambientes similares”, indicó Cecilia Krmpotic, investigadora del Conicet y primera autora del trabajo.
El pichiciego menor tiene pelos sensoriales en el hocico y mentón que se ponen en contacto con las paredes de los túneles por los cuales se desplaza/ Esteban Soibelzon
El pichiciego solo sale de noche por arriba de la superficie. “Su sistema de doble piel es una protección frente a sus posibles predadores. También lo ayuda a mantener la temperatura corporal y le permite sobrevivir y moverse en el ambiente subterráneo”, señaló el doctor Barbeito.
La parte de atrás del armadillo actúa como un pistón que va compactando sedimentos de los túneles a medida que avanza.
Como el armadillo ve poco, y por sus hábitos subterráneos, los científicos estudiaron otras estructuras sensoriales como las llamadas “vibrisas” para entender la capacidad para monitorear el entorno. Tiene vibrisas en el hocico y en el mentón, según los estudios histológicos que llevaron a cabo los investigadores.
Qué implicancias tiene el estudio del armadillo
El pichiciego menor ha sido calificado por la revista National Geographic como una de las 4 especies más insólitas de América Latina. Las otras tres son el Pez murciélago de Galápagos, el ave Gran urutau y la mara patagónica.
Los nuevos conocimientos aportados por los científicos argentinos son significativos no solo para conocer más sobre la diversidad biológica de la región sino también para entender las adaptaciones de los animales al ambiente en el que viven. Podrían ser utilizados en otros campos de investigación como la biotecnología.
“Por ejemplo, diseños en robótica se han inspirado en estudios sobre las vibrisas de distintos animales. El tegumento de especies marinas ha servido para diseños de indumentaria para natación y aeronáutica”, destacó Barbeito.
Cecilia Krmpotic es investigadora del Conicet y fue la primera autora del trabajo sobre la doble piel del armadillo (Crédito: Conicet)
Para hacer el trabajo, el equipo de investigadores usaron ejemplares de la colección del Laboratorio de Morfología Evolutiva y Desarrollo de la Facultad. Por un lado, hicieron un estudio microscópico de las placas óseas que forman parte del caparazón.
Por otro, emplearon micro-tomografías computadas de alta resolución con equipamiento de la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ese análisis profundo permitió unir toda la información y elaborar un modelo 3D de la distribución de los tejidos que componen el sistema de doble piel.
Consultado por Infobae, el biólogo e investigador del Conicet, miembro de la Sociedad Argentina para el estudio de los mamíferos (SAREM) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el doctor Agustín Abba, destacó los resultados del estudio sobre el pichiciego menor: “Se trata de una especie muy rara, que además forma parte de los xenartros, el único grupo de mamíferos originario de América del Sur”. En ese grupo también se encuentran los osos hormigueros y los perezosos.
La coraza dorsal del pichiciego menor está conformada únicamente por bandas móviles ligeras y flexibles y el escudo pélvico es perpendicular a ellas (Crédito: Conicet)
Estudiar a los pichiciegos menores “es relevante en tanto que son una especie endémica de la Argentina”, según el científico, quien no participó en el trabajo publicado en Journal of Zoology.
Si no los investigamos en el país, es muy difícil que se los estudie en el extranjero. Tiene adaptaciones únicas que le permiten llevar una vida subterránea”, afirmó Abba. Recordó que otras especies de armadillos han sido utilizadas como modelos de investigación de enfermedades desatendidas, como lepra o Chagas.
Aún hace falta más estudios sobre el pichiciego porque se desconoce el estado de conservación de sus poblaciones. “Potencialmente, las poblaciones estarían amenazadas por el cambio en el uso del suelo, los perros y gatos sueltos, la deforestación, entre otros factores”, comentó Abba..
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Una inteligencia artificial reveló por qué más de 50.000 terremotos sacudieron italia entre 2022 y 2025
Un innovador análisis de datos sísmicos permitió descubrir estructuras subterráneas responsables de miles de sismos en el sur del país, y así resolver un misterio que la ciencia tradicional no había logrado descifrar
El análisis de datos sísmicos mediante inteligencia artificial (IA) ha permitido identificar una red de fallas ocultas bajo el volcán Campi Flegrei, lo que explica la inusual secuencia de más de 54.000 terremotos registrados en el sur de Italia entre 2022 y 2025.
Este avance, liderado por especialistas de la Universidad de Stanford, ha resuelto un enigma que los métodos tradicionales no habían logrado descifrar, al revelar la existencia de un “anillo de fallas” responsable de la actividad sísmica en la región.
La investigación, publicada en la revista Science, demostró que los sistemas de monitoreo convencionales solo habían detectado cerca de 12.000 movimientos sísmicos en ese periodo.
Sin embargo, el modelo basado en aprendizaje automático multiplicó esa cifra por más de cuatro, lo que permitió a los científicos cartografiar con precisión el subsuelo del Campi Flegrei y descubrir las estructuras responsables de su inestabilidad actual.
De qué forma el estudio usó IA para analizar este fenómeno en el país europeo
El estudio identificó una correlación directa entre: los microseísmos y un sistema circular de fracturas situado bajo la localidad de Pozzuoli.
Según citó El Confidencial, William Ellsworth, profesor emérito de geofísica en Stanford y coautor del estudio, explicó que “por primera vez tenemos una visión clara de las estructuras que desencadenan esta actividad sísmica”.
El investigador añadió que los datos obtenidos confirman la posibilidad de que la zona experimente terremotos de magnitud 5, lo que podría tener un gran impacto en las áreas habitadas cercanas a Nápoles.
Qué otros datos reveló la inteligencia artificial sobre el territorio
El modelo de inteligencia artificial permitió detectar que el terreno de Pozzuoli continúa elevándose a un ritmo de diez centímetros al año, un fenómeno conocido como bradisismo.
Este ascenso progresivo, que ya se había observado en la década de 1980, coincide con el perímetro del anillo de fallas descubierto. Xing Tan, investigador principal del proyecto, destacó que “nuestros colegas italianos se sorprendieron al ver el anillo tan bien definido; hasta ahora solo tenían indicios fragmentados”.
A pesar de la magnitud del hallazgo, los científicos aclararon que los seísmos analizados son superficiales, porque se producen a menos de 4 kilómetros de profundidad, y no constituyen una señal de ascenso de magma hacia la superficie.
No obstante, advirtieron que un terremoto fuerte o poco profundo podría causar daños muy estructurales, sobre todo considerando que más de 360.000 personas residen dentro de la caldera del Campi Flegrei.
Descubrieron en La Rioja uno de los dinosaurios más antiguos del mundo
Científicos del Conicet, el Museo Argentino de Ciencias Naturales y universidades públicas identificaron a la nueva especie que llamaron Huayracursor jaguensis. Combina características nunca vistas en ejemplares de hace más de 220 millones de años
Un grupo de paleontólogos encontró uno de los dinosaurios más antiguos que ya mostraba el cuello largo y el cuerpo grande al mismo tiempo, algo nunca visto en ejemplares de hace más de 220 millones de años.
El hallazgo ocurrió en la provincia de La Rioja, Argentina, dentro de una región montañosa que antes no había sido explorada.
Se trata de una especie desconocida de dinosaurio herbívoro. Los investigadores que la describieron pertenecen al Centro Regional de Investigaciones Científicasy Transferencia Tecnológica de La Rioja (CRILAR) del Conicet, la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de La Rioja y el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN) y la llamaron Huayracursor jaguensis.
“Huayra” significa viento en quechua, “cursor” quiere decir corredor en latín y “jaguensis” se refiere a Jagüé, la zona donde lo encontraron. Es decir, su nombre completo significa “corredor del viento de Jagüé”, una forma de rendir homenaje a su posible agilidad y a su tierra de origen.
La investigación fue publicada en la revista Nature. El equipo estuvo dirigido por Martín Hechenleitner y participaron Agustín Martinelli, Sebastián Rocher, Lucas Fiorelli, Malena Juarez, Jeremías Taborda y Julia Desojo.
Qué se sabía sobre los dinosaurios de cuello largo
Los dinosaurios de cuello largo existieron desde el periodo Triásico, hace aproximadamente 230 millones de años, y prosperaron durante el Jurásico y el Cretácico.
Este grupo sobrevivió por más de 140 millones de años, hasta la extinción masiva que ocurrió hace 66 millones de años. Durante ese largo tiempo, evolucionaron en distintas formas y tamaños, pero casi siempre mantuvieron el cuello largo como característica principal.
Los dinosaurios de cuello largo formaron parte del grupo de los sauropodomorfos. Presentaban cuerpos grandes, patas robustas y colas largas. La mayoría de esos animales fueron herbívoros.
En Brasil, los restos de la especie Bagualosaurus, había mostrado ciertas señales de transición, pero todavía no se conocía un caso tan temprano que combinara ambas características: mayor tamaño y cuello más extenso.
Ahora, el hallazgo del dinosaurio Huayracursor jaguensis en La Rioja aportó más luz.