Felix Baumgartner, el paracaidista austríaco que en 2012 se convirtió en leyenda al saltar desde 39.000 metros de altura y romper la barrera del sonido, falleció a los 56 años en un accidente de parapente en Italia.

El incidente ocurrió en Porto Sant’Elpidio, donde Baumgartner sufrió un malestar en pleno vuelo y cayó sobre la piscina de un hotel, provocando su muerte instantánea.
Su legado incluye récords mundiales como el salto en caída libre más alto, la mayor velocidad alcanzada sin vehículo (1.357 km/h) y el vuelo en globo tripulado más elevado.

A lo largo de su carrera, realizó saltos desde rascacielos, puentes y acantilados, y cruzó el Canal de la Mancha con alas de fibra de carbono. Su frase tatuada “Born to fly” resume una vida dedicada a desafiar los límites humanos. La comunidad internacional de deportes extremos lamenta profundamente su partida.