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Mascotas

Gunner, el perro héroe durante la Segunda Guerra Mundial

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El canino hizo parte del Ejército australiano y fue considerado un miembro fundamental. 

La habilidad e inteligencia de los caninos juega un papel indispensable en la vida de las personas y desde hace décadas hacen parte de misiones especiales con el objetivo de apoyar a los humanos como se vivió en la Segunda Guerra Mundial.

Este es el caso Gunner, un perro kelpie australiano que fue rescatado durante la Batalla de Darwin, el mayor ataque individual, tenía gran sentido del oído lo que permitió salvar muchas vidas y convertirse en un héroe de cuatro patas que ha sido recordado a lo largo de la historia.

Su recorrido remonta en medio de un ataque del Ejército japonés, pues, el canino quedó bajo los escombros y fue encontrado en mal estado por el Escuadrón No. 2 la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF) quienes trasladaron al hospital de campaña donde le dieron como nombre Gunner  “0000″ tras no tener número de soldado e identidad.

Aunque se desconocen los orígenes del animal, algunas versiones indican que era un perro callejero pero después de aquella batalla donde terminó con una pata rota, ingresó a los registros del Ejército australiano y luego su historia empezó a tomar renombre.

Desde entonces Gunner se volvió un agente especial que tenía como misión notificar a sus compañeros cuando se acercaban los aviones enemigos a bombardear el territorio; sin embargo, los traumas de cachorro a veces salían a flote por lo que terminaba en un estado de ansiedad.

Por años, su desempeño era considerado fundamental dentro de los miembros del Ejército es así como el gobierno australiano y el ‘Australian War Memorial’ cuenta con un archivo fotográfico donde aparece Gunner en compañía del aviador Leslie Westcott.

Enfoque Now es una plataforma digital dedicada a conectar e informar a la comunidad latina acerca de los acontecimientos que suceden a nivel local e internacional.

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Ciencia

Científicos revelan que los perros de Chernóbil han mutado y desarrollaron resistencia al cáncer.

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Un estudio publicado en Science Advance revela que los perros que habitan la zona de exclusión nuclear de Chernóbil han desarrollado una estructura genética única, con más de 390 genes distintos, y una sorprendente resistencia al cáncer, pese a vivir expuestos a niveles de radiación seis veces superiores al límite humano permitido.

Estos perros descienden de mascotas abandonadas tras el desastre nuclear de 1986. Han sobrevivido en un entorno hostil, adaptándose genéticamente más por selección natural y aislamiento poblacional que por mutaciones inducidas por radiación.

Se identificaron tres poblaciones genéticamente diferenciadas: en la central nuclear, en la ciudad de Chernóbil y en Slavutych.

Hallazgos clave

  • El equipo liderado por Gabriella J. Spatola y Timothy A. Mousseau analizó muestras de sangre de 302 perros entre 2017 y 2019.
  • Los perros de la central muestran menor diversidad genética, mientras que los de la ciudad tienen mayor mezcla.
  • Slavutych presenta genes de razas modernas como labrador retriever y yorkshire terrier.

Aunque no se detectaron mutaciones típicas por radiación, sí se hallaron variaciones en genes relacionados con la reparación del ADN. La adaptación parece haber fortalecido su sistema inmunológico, similar a los efectos de la radioterapia en humanos.

También se observó este fenómeno en lobos de la zona, según estudios previos de la bióloga Cara Love.

Implicaciones futuras

Estos perros podrían ser clave para entender cómo los mamíferos se adaptan a ambientes extremos, con aplicaciones en medicina, salud ambiental y exploración espacial.

El estudio desafía la idea de que la radiación siempre genera mutaciones evidentes, mostrando que la evolución puede ser más sutil y resiliente.

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Mascotas

Italia indignada por la muerte del perro policía Bruno, envenenado con clavos

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Italia está conmocionada por el brutal asesinato de Bruno, un perro policía de 7 años que participó en múltiples misiones de rescate. Fue hallado muerto en su cobertizo en Tarento tras ingerir comida mezclada con clavos, lo que le provocó un sufrimiento extremo y daños internos irreparables.

Su entrenador, Arcangelo Caressa, denunció que el crimen podría estar vinculado a su labor como activista en el rescate de animales maltratados, especialmente perros usados en peleas clandestinas. Sospecha que el ataque fue una represalia dirigida hacia él, y no directamente contra Bruno.

La primera ministra Giorgia Meloni calificó el hecho como “vil, cobarde e inaceptable”, mientras que la diputada Michela Vittoria Brambilla presentó una denuncia penal bajo la nueva Ley Brambilla, que endurece las penas por maltrato animal hasta 4 años de prisión y 60.000 euros de multa.

Bruno había rescatado a cinco personas con vida y localizado cuatro cuerpos durante su carrera. Su muerte ha generado una ola de indignación en redes sociales, medios y sectores políticos, que exigen justicia y mayor protección para los animales de servicio.

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