La investigación de la Fiscalía por el asesinato del esmeraldero Juan Sebastián Aguilar, conocido como Pedro Aguilar o Pedro Pechuga, avanza y las hipótesis que salieron, con los hallazgos del proceso, empiezan a evaporar la cinematográfica escena de un supuesto francotirador como autor del crimen.
Además, resultó bastante particular para los investigadores que la esposa del esmeraldero, en los actos urgentes, posteriores al crimen, se negó a entregar declaraciones sobre los hechos, particularmente porque era ella quien estaba en la casa cuando el supuesto francotirador atacó al esmeraldero.
La declaración de la mujer, como testigo presencial de los hechos, resultaba fundamental para avanzar en la investigación; sin embargo, la Fiscalía tuvo que avanzar sin el testimonio y recurrir a otros actos de investigación que, por ahora, abrieron nuevos escenarios para indagar, empezando por descartar al francotirador.
Para los investigadores es bastante complejo que las víctimas no colaboren con administración de justicia, con los testimonios de quienes estuvieron en la casa del esmeraldero el día y la hora de su asesinato, y que podrían generar el esclarecimiento de los hechos. Sin embargo, la negativa resultó generalizada en los propios testigos.
El Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía encontró en los alrededores del conjunto residencial lo que sería una especie de colchoneta militar y un improvisado trípode de madera que dibujaba en el sitio una escena de película con una persona que, aparentemente, permaneció por varias horas mientras encontraba, de acuerdo con esa versión, el momento más oportuno para atacar.
Sin embargo, los resultados de criminalística, en especial de balística forense, advierten en escenarios completamente distintos a la idea del francotirador y anticipan que el responsable de asesinar al esmeraldero estaría mucho más cerca que el francotirador que supuestamente se ubicó en una zona boscosa cerca de la vivienda.
Sería esta la razón para entender que los peritajes forenses, los estudios de necropsia al cuerpo del esmeraldero, se convierten en el elemento de prueba más importante en el curso de las investigaciones y que podrían descifrar lo que realmente ocurrió en el conjunto residencial y cuando la víctima se despedía de un sacerdote que ofreció una misa en la casa
Algunas versiones extraoficiales anticipan que los responsables de perpetrar el asesinato trataron de sellar todos los cabos, amenazando a los testigos, advirtiendo que no podían hablar con la Fiscalía, a riesgo de sufrir la misma tragedia del esmeraldero. Allí estaría la razón para no entregar declaraciones.
Los resultados forenses permitirán avanzar en la investigación. / Semana
La Fiscalía espera avanzar en la investigación y entregar un resultado respecto del tipo de arma que se usó, y corroborar la versión de un supuesto francotirador o, al contrario, descartar esa idea mientras toma fuerza la hipótesis de un enemigo interno en la seguridad de esmeraldero.
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El papa canonizó por primera vez a dos beatos de Venezuela: José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles
La santificación, aprobada por el Francisco antes de su muerte, marca un momento clave para la fe católica en el país sudamericano, en medio de la grave crisis social y política que aqueja a la población
La mañana del domingo en la plaza de San Pedro dejó una estampa diferente a la habitual solemnidad romana: una multitud vibrante, colorida y emocionada, con miles de banderas venezolanas ondeando bajo el sol. Era, sobre todo, una jornada de celebración venezolana, marcada por la canonización de dos figuras profundamente queridas: José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, y Carmen Rendiles, fundadora de una congregación religiosa y ejemplo de fortaleza.
En medio de cantos, rezos y lágrimas, la ceremonia oficializó un momento de comunión tanto para los que se congregaron en Roma como para los millones de venezolanos que, desde su país natal, siguieron el acontecimiento en medio de una severa crisis política y económica.
Cuando el papa León XIV pronunció en latín la solemne fórmula de canonización para inscribir en el libro de los santos los nombres de Hernández y Rendiles, la ovación cruzó el Atlántico. El eco del aplauso se expandió en plazas y calles de Caracas, donde cientos de fieles siguieron la transmisión en directo, muchos con imágenes de papeles y estampas del doctor-santo y otros encendiendo velas frente a altares improvisados. El júbilo no distinguía entre oficialistas y opositores: la canonización ofreció una de las pocas ocasiones de unidad para el país, distendiendo —al menos durante unas horas— la fuerte polarización política que define a la Venezuela contemporánea.
A la celebración acudieron cerca de 55.000 peregrinos, según informaron las autoridades locales. De ellos, miles ondeaban con orgullo el tricolor venezolano, y camisetas y gorras con el rostro de José Gregorio Hernández y la imagen de Carmen Rendiles resaltaban entre las delegaciones internacionales.
Entre los asistentes, un testimonio fue recogido por la prensa local: José Ramón Malave Contreras, venezolano que reside en Roma. “Mi mamá me puso mi nombre gracias a este santo venezolano porque según la creencia, yo iba a nacer muerto, así que mi mamá me puso su nombre por haberme salvado la vida. Para mí era imperdible este momento”, declaró emocionado.
La jornada en el Vaticano no fue exclusiva de los venezolanos. En esa misma ceremonia, el papa León XIV sumó a otros cinco santos: el arzobispo Ignacio Choukrallah Maloyan, mártir armenio asesinado durante el genocidio de inicios del siglo XX; Peter To Rot, laico de Papúa Nueva Guinea ejecutado en 1945; las religiosas italianas Vincenza Maria Poloni y Maria Troncatti; y el laico italiano Bartolo Longo. Pero la devoción popular venezolana marcó la jornada con un fervor y colorido raramente presentes en Roma.
La humanidad se encuentra en un momento sin precedentes. Los planes de visitar la Luna, establecer estaciones espaciales permanentes e incluso arribar a Marte en la próxima década, ya no pertenecen al reino de la ciencia ficción.
Sin embargo, junto con estas ambiciones extraordinarias surgen riesgos desconocidos y complejos para la salud humana, siendo el sistema inmunitario uno de los más vulnerables.
Para comprender mejor estos efectos, un equipo internacional liderado por el doctor Daniel Winer, del Buck Institute for Research on Aging, en colaboración con la NASA, la Agencia Espacial Europea y otras universidades, ha desarrollado un marco científico integral denominado astroinmunología.
Esta subdisciplina analiza cómo los factores estresantes del espacio alteran la fisiología inmunitaria y explora estrategias para proteger la salud de los astronautas en misiones de larga duración.
“El futuro de la humanidad implicará vivir en el espacio exterior o en mundos distantes para algunas personas. El objetivo principal de establecer esta subespecialidad emergente de la astroinmunología es desarrollar contramedidas para proteger la salud de quienes exploran la vida fuera de la Tierra”, señaló Winer.
El trabajo publicado en Nature Reviews Immunology no se limita a describir los problemas observados durante las misiones espaciales, sino que ofrece una comprensión mecanicista de cómo la microgravedad, la radiación cósmica, los cambios en los patrones de sueño y los factores de estrés fisiológico afectan la función inmunitaria.
Estos estudios aprovechan análisis multiómicos modernos, que incluyen perfiles transcriptómicos, proteómicos y metabolómicos, para delinear los mecanismos celulares y moleculares que explican la disminución de la eficacia del sistema inmunitario en el espacio.
Uno de los hallazgos más críticos es el impacto de la microgravedad en las células inmunitarias. En ausencia de la atracción gravitacional terrestre, los linfocitos T y las células NK presentan una proliferación, diferenciación y capacidad de respuesta reducidas. La desorganización del citoesqueleto altera la señalización y la comunicación intercelular, mientras que la disfunción mitocondrial incrementa la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO), que dañan células y tejidos.