Elon Musk anunció que reducirá su participación en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), parte del equipo de gobierno de Donald Trump, para dedicar más tiempo a Tesla.

La declaración fue realizada durante la conferencia de resultados del primer trimestre de 2025, en la que el empresario reafirmó su compromiso con la compañía que dirige. No obstante, según TechCrunch, Musk no se comprometió a dejar definitivamente su puesto en DOGE.
“Creo que probablemente a partir del mes que viene, en mayo, mi asignación de tiempo al DOGE se reducirá significativamente”, dijo Musk en dicho espacio.
Tesla presentó un balance financiero con resultados por debajo de lo esperado. La compañía reportó 409 millones de dólares en ganancias netas sobre ingresos por 19.300 millones de dólares, tras entregar casi 337.000 vehículos eléctricos durante los primeros tres meses del año.
Las ganancias reflejan una caída del 71% respecto al mismo periodo de 2024. Se trató del peor trimestre en más de dos años en cuanto a entregas de vehículos, marcando además la primera caída interanual en las ventas de la automotriz.
A pesar del escenario adverso, las acciones de Tesla subieron tras el cierre del mercado. El repunte estuvo impulsado por el anuncio de que la compañía comenzará la producción de un vehículo eléctrico de bajo costo en junio, además del renovado enfoque de Musk en la empresa.
El analista Dan Ives, de Wedbush Securities, definió la situación como una “situación de código rojo”, a CNN Business.
Por otro lado, los inversores consideran que Tesla podría verse menos afectada que otras compañías estadounidenses por los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump, debido a que la mayoría de sus vehículos se fabrican dentro de Estados Unidos.
Sin embargo, la empresa no estará completamente exenta del impacto: algunos de los materiales que utiliza provienen del extranjero y ahora estarán sujetos a impuestos de importación.