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Ciencia

Cuál es la nueva función del telescopio espacial James Webb que lo convierte en custodio de la Tierra

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El JWST extiende su alcance más allá de la exploración de galaxias lejanas, contribuyendo activamente a la protección de nuestro planeta

El Telescopio Espacial James Webb (JWST), diseñado originalmente para explorar galaxias lejanas y estudiar exoplanetas, ha sorprendido a la comunidad científica con una función inesperada: la detección de asteroides ocultos en el espacio profundo. Aunque no fue concebido para este propósito, su capacidad para captar señales infrarrojas lo convierte en una herramienta eficaz para identificar cuerpos celestes que podrían representar una amenaza para la Tierra.

Este descubrimiento surgió como una feliz coincidencia. Mientras los astrónomos utilizaban el JWST para investigar estrellas distantes, notaron que pequeñas rocas espaciales “arruinaban” sus imágenes científicas. En lugar de considerarlas un obstáculo, decidieron aprovechar esta circunstancia y convertir al JWST en un poderoso detector de asteroides. Los resultados superaron todas las expectativas, revelando incluso cuerpos diminutos en el cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter.

Los hallazgos han sido bien recibidos por la comunidad científica, especialmente en el campo de la defensa planetaria. Detectar asteroides potencialmente peligrosos es crucial para evitar impactos catastróficos, y ahora el JWST se perfila como un aliado inesperado en esta misión.

La detección infrarroja del James Webb revela asteroides que otros sistemas no pueden ver

El JWST fue diseñado para observar objetos a millones de años luz, no para buscar asteroides en el sistema solar. Sin embargo, su sensibilidad infrarroja le permite detectar el calor emitido por estos cuerpos, independientemente de cuán oscuros o reflectantes sean. Esto supone una ventaja clave frente a telescopios que dependen de la luz visible.

Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) aplicó un método innovador conocido como “shift-and-stack”, que combina imágenes múltiples para amplificar la señal de asteroides en movimiento. Gracias a esta técnica, encontraron 138 nuevos asteroides, algunos de apenas decenas de metros de largo. “Pensábamos que solo detectaríamos unos pocos objetos nuevos, pero hemos descubierto muchos más de lo esperado, especialmente los pequeños”, explicó Julien de Wit, científico planetario del MIT en un informe de la NASA.

El hallazgo es significativo porque estos pequeños asteroides suelen pasar desapercibidos para otros observatorios, a pesar de que algunos podrían representar un peligro para la Tierra. Un impacto como el ocurrido en Cheliábinsk, Rusia, en 2013 —donde un asteroide liberó una energía equivalente a 30 bombas atómicas— evidencia la importancia de estas detecciones tempranas.

El telescopio espacial James Webb ha captado imágenes de la icónica nebulosa «Cabeza de Caballo» -una nube de gas fría situada a unos 1.300 años luz de la Tierra- con un nivel de detalle y una resolución sin precedentes. (Fotografía facilitada por la NASA/ESA. EFE)

Aunque el JWST no fue creado para la defensa planetaria, su capacidad para detectar asteroides es una herramienta valiosa. Según Andy Rivkin, astrónomo planetario del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, “Si un posible asteroide impactador es identificado, el JWST será uno de nuestros mejores recursos para obtener información temprana sobre su tamaño, composición y órbita”.

Sin embargo, la NASA también está desarrollando un telescopio especializado llamado NEO Surveyor, cuya misión será buscar asteroides y cometas potencialmente peligrosos. Este observatorio infrarrojo será lanzado en 2027 y se ubicará en el punto Lagrange L1, donde podrá rastrear asteroides difíciles de ver desde la Tierra.

En conjunto, estos instrumentos mejorarán la capacidad global para identificar, rastrear y, si es necesario, desviar cuerpos celestes que se dirijan a la Tierra.

Un descubrimiento que amplía horizontes

Más allá de su nuevo papel como cazador de asteroides, el James Webb continúa su misión principal: explorar los confines del universo y responder preguntas fundamentales sobre la formación de galaxias y sistemas planetarios. Su versatilidad ha sorprendido incluso a sus propios diseñadores, consolidándose como uno de los instrumentos más revolucionarios en la historia de la astronomía moderna.

Innovadora técnica del MIT amplifica la detección de asteroides con el James Webb (NASA)

En palabras de Artem Burdanov, investigador principal del MIT, “Estamos entrando en un territorio completamente nuevo gracias a las tecnologías modernas. Es un buen ejemplo de lo que podemos lograr cuando analizamos los datos de manera diferente”.

Este descubrimiento no solo redefine el papel del JWST, sino que también subraya la importancia de aplicar técnicas innovadoras a misiones espaciales ya en curso. La posibilidad de detectar amenazas potenciales mientras se investigan galaxias lejanas es un recordatorio de cómo la ciencia puede evolucionar más allá de sus intenciones originales.

En un universo lleno de incertidumbres, cada herramienta cuenta. Y ahora, el James Webb no solo mira a los confines del cosmos, sino que también vigila más de cerca nuestro propio vecindario cósmico.

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Ciencia

Una inteligencia artificial reveló por qué más de 50.000 terremotos sacudieron italia entre 2022 y 2025

Un innovador análisis de datos sísmicos permitió descubrir estructuras subterráneas responsables de miles de sismos en el sur del país, y así resolver un misterio que la ciencia tradicional no había logrado descifrar

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El análisis de datos sísmicos mediante inteligencia artificial (IA) ha permitido identificar una red de fallas ocultas bajo el volcán Campi Flegrei, lo que explica la inusual secuencia de más de 54.000 terremotos registrados en el sur de Italia entre 2022 y 2025.

Este avance, liderado por especialistas de la Universidad de Stanford, ha resuelto un enigma que los métodos tradicionales no habían logrado descifrar, al revelar la existencia de un “anillo de fallas” responsable de la actividad sísmica en la región.

La investigación, publicada en la revista Science, demostró que los sistemas de monitoreo convencionales solo habían detectado cerca de 12.000 movimientos sísmicos en ese periodo.

Sin embargo, el modelo basado en aprendizaje automático multiplicó esa cifra por más de cuatro, lo que permitió a los científicos cartografiar con precisión el subsuelo del Campi Flegrei y descubrir las estructuras responsables de su inestabilidad actual.

De qué forma el estudio usó IA para analizar este fenómeno en el país europeo

El estudio identificó una correlación directa entre: los microseísmos y un sistema circular de fracturas situado bajo la localidad de Pozzuoli.

Según citó El Confidencial, William Ellsworth, profesor emérito de geofísica en Stanford y coautor del estudio, explicó que “por primera vez tenemos una visión clara de las estructuras que desencadenan esta actividad sísmica”.

El investigador añadió que los datos obtenidos confirman la posibilidad de que la zona experimente terremotos de magnitud 5, lo que podría tener un gran impacto en las áreas habitadas cercanas a Nápoles.

Qué otros datos reveló la inteligencia artificial sobre el territorio

El modelo de inteligencia artificial permitió detectar que el terreno de Pozzuoli continúa elevándose a un ritmo de diez centímetros al año, un fenómeno conocido como bradisismo.

Este ascenso progresivo, que ya se había observado en la década de 1980, coincide con el perímetro del anillo de fallas descubierto. Xing Tan, investigador principal del proyecto, destacó que “nuestros colegas italianos se sorprendieron al ver el anillo tan bien definido; hasta ahora solo tenían indicios fragmentados”.

A pesar de la magnitud del hallazgo, los científicos aclararon que los seísmos analizados son superficiales, porque se producen a menos de 4 kilómetros de profundidad, y no constituyen una señal de ascenso de magma hacia la superficie.

No obstante, advirtieron que un terremoto fuerte o poco profundo podría causar daños muy estructurales, sobre todo considerando que más de 360.000 personas residen dentro de la caldera del Campi Flegrei.

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Ciencia

Descubrieron en La Rioja uno de los dinosaurios más antiguos del mundo

Científicos del Conicet, el Museo Argentino de Ciencias Naturales y universidades públicas identificaron a la nueva especie que llamaron Huayracursor jaguensis. Combina características nunca vistas en ejemplares de hace más de 220 millones de años

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Un grupo de paleontólogos encontró uno de los dinosaurios más antiguos que ya mostraba el cuello largo y el cuerpo grande al mismo tiempo, algo nunca visto en ejemplares de hace más de 220 millones de años.

El hallazgo ocurrió en la provincia de La Rioja, Argentina, dentro de una región montañosa que antes no había sido explorada.

Se trata de una especie desconocida de dinosaurio herbívoro. Los investigadores que la describieron pertenecen al Centro Regional de Investigaciones Científicasy Transferencia Tecnológica de La Rioja (CRILAR) del Conicet, la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional de La Rioja y el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN) y la llamaron Huayracursor jaguensis.

“Huayra” significa viento en quechua, “cursor” quiere decir corredor en latín y “jaguensis” se refiere a Jagüé, la zona donde lo encontraron. Es decir, su nombre completo significa “corredor del viento de Jagüé”, una forma de rendir homenaje a su posible agilidad y a su tierra de origen.

La investigación fue publicada en la revista Nature. El equipo estuvo dirigido por Martín Hechenleitner y participaron Agustín Martinelli, Sebastián Rocher, Lucas Fiorelli, Malena Juarez, Jeremías Taborda y Julia Desojo.

Qué se sabía sobre los dinosaurios de cuello largo

Los dinosaurios de cuello largo existieron desde el periodo Triásico, hace aproximadamente 230 millones de años, y prosperaron durante el Jurásico y el Cretácico.

Este grupo sobrevivió por más de 140 millones de años, hasta la extinción masiva que ocurrió hace 66 millones de años. Durante ese largo tiempo, evolucionaron en distintas formas y tamaños, pero casi siempre mantuvieron el cuello largo como característica principal.

Los dinosaurios de cuello largo formaron parte del grupo de los sauropodomorfos. Presentaban cuerpos grandes, patas robustas y colas largas. La mayoría de esos animales fueron herbívoros.

En Brasil, los restos de la especie Bagualosaurus, había mostrado ciertas señales de transición, pero todavía no se conocía un caso tan temprano que combinara ambas características: mayor tamaño y cuello más extenso.

Ahora, el hallazgo del dinosaurio Huayracursor jaguensis en La Rioja aportó más luz.

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