Una playa de Long Island, en el este de Nueva York, registró dos ataques de tiburón en una semana, según informaron este viernes varios medios locales.
El último ataque tuvo lugar el jueves en la playa conocida como Ocean Beach, y la víctima fue un socorrista que resultó con varias mordeduras en el pie, producidas por un tiburón tigre de entre 1 y 1,5 metros, según la televisión News12 de Long Island, que entrevistó a la víctima.
El socorrista, de 17 años, estaba realizando un ejercicio de simulación de accidente, en el papel de víctima, cuando sintió mordeduras en su pie, y entonces se dio cuenta de que había sido un tiburón. En ese momento se encontraba a unos 140 metros de la orilla y nadó asustado hasta la playa.
Tras el incidente, la playa fue cerrada durante una hora, y en las horas siguientes los bañistas fueron autorizados a entrar en el agua solo en zonas poco profundas.
Una situación casi idéntica se registró el pasado domingo no lejos de allí, cuando otro vigilante fue mordido también en una sesión de entrenamiento, y el portal Gothamists añade que el 30 de junio un nadador de 57 años sufrió lo que la policía local llamó “un posible ataque de tiburón”, también cerca de allí.
Además, el pasado 30 de mayo un pescador se encontró con un tiburón de unos 3 metros encallado en una playa de Point Lookout, Long Island, luchando para volver al agua. El pescador se detuvo para ayudar y llamó al Departamento de Conservación del Medio Ambiente del estado. Con apoyo de los socorristas el tiburón pudo alejarse nadando.
Aunque son muy mediatizados desde la célebre película “Jaws” (Tiburón) de Steven Spielberg (1975), todos los expertos coinciden en que los ataques de tiburones a humanos son extremadamente raros y casi nunca mortales.
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Joe Macken, un camionero de 63 años sin formación en arquitectura ni carpintería, pasó más de dos décadas creando una réplica de la ciudad de Nueva York usando madera de balsa, pegamento escolar y pura pasión. Su maqueta de 9 x 15 metros incluye casi un millón de edificios, abarcando los cinco distritos y zonas como Nueva Jersey y Long Island.
Comenzó en 2004 con el edificio RCA (Rockefeller Center).
Usó materiales simples: madera de balsa, cuchillos X-Acto, papel de lija, pinceles económicos.
Recreó cada rascacielos a mano, especialmente en Manhattan, donde tardó 12 años.
En zonas periféricas, mecanizó el proceso para construir bloques más rápido.
¿Dónde está ahora?
La maqueta fue trasladada a un depósito en Clifton Park, Nueva York.
Exhibirla en un museo es complicado por su tamaño.
Se viralizó en TikTok, donde miles lo llaman “leyenda viva” y piden que su obra sea expuesta.
Un análisis químico reciente confirmó que ocho vasijas halladas en un santuario funerario griego en Paestum, Italia, contenían miel de hace 2.500 años. Este descubrimiento no solo emociona a arqueólogos, sino que revela prácticas rituales, funerarias y apícolas de la Grecia clásica.
¿Qué encontraron?
Vasijas descubiertas en 1954 contenían un residuo ceroso.
Durante décadas se pensó que era grasa animal o vegetal.
Nuevas técnicas revelaron glucosa, fructosa y proteínas de jalea real, propias de la miel.
El equipo de Oxford usó espectrometría de masas y cromatografía de gases. Detectaron compuestos típicos de miel antigua y trazas de parásitos apícolas como Tropilaelaps mercedesae.
La degradación química mostró cómo la miel se transformó en un residuo ácido y ceroso.
¿Qué significa culturalmente?
La miel era usada como ofrenda funeraria, medicina y conservante.
Refleja creencias sobre el más allá y el vínculo entre humanos, abejas y divinidad.
Se suma a evidencias de otras culturas como Egipto y Mesopotamia que también usaban miel en rituales.