Más de 100 inmigrantesindocumentados fueron arrestados durante una operación de cumplimiento dirigida por el U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE)en sitios de construcción en Tallahassee, Florida.
La redada se llevó a cabo el 29 de mayo, como parte de una operación conjunta de agencias bajo la dirección de ICE Homeland Security Investigations Tallahassee y con la colaboración significativa de múltiples agencias estatales y federales. Los detenidos provienen de varios países, incluidos Nicaragua, El Salvador, Guatemala, México, Venezuela, Colombia y Honduras.
Estas acciones de ejecución buscan eliminar los empleos ilegales y responsabilizar a los empleadores, además de proteger las oportunidades laborales para la fuerza laboral legal de Estados Unidos, afirmó Nicholas Ingegno, asistente del agente especial a cargo del HSI Tallahassee. Esta redada también fue respaldada por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien la calificó como un “gran golpe”.
Sin embargo, la operación ha provocado un debate en la comunidad. A pesar de que algunos, incluidos funcionarios estatales, defendieron las acciones de ICE como necesarias para la seguridad pública, otros en Tallahassee se manifestaron en contra. La Tallahassee Immigrant Rights Alliance organizó una protesta el 30 de mayo en el Capitolio del Estado, argumentando que los arrestos no reflejan los valores de la comunidad.
Un operativo con múltiples agencias federales
La operación involucró a varias agencias del estado y federales, como la Florida Highway Patrol, el FBI, la Drug Enforcement Administration (DEA), Alcohol, Tobacco and Firearms (ATF), el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, el Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida, y el Internal Revenue Service – Criminal Investigations (IRS).
La redada se enfocó en sitios de construcción, incluyendo un proyecto de apartamentos llamado Perla at the Enclave, cercano a la Universidad Estatal de Florida (FSU). Durante la operación, un individuo fue arrestado por resistirse a la detención y enfrenta cargos por cuatro delitos de asalto a oficiales de la ley. Otro intentó sacar un arma contra los agentes.
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El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó redadas en parroquias católicas de Montclair y Highland, en el sur de California, deteniendo a varios migrantes en espacios tradicionalmente considerados santuarios.
Estos operativos, que rompen con la política previa de no intervenir en “zonas sensibles” como templos religiosos, han generado alarma entre feligreses, líderes religiosos y defensores de derechos humanos.
El obispo de San Bernardino, Alberto Rojas, denunció públicamente la irrupción de agentes federales en propiedades parroquiales, calificándola como una violación del espíritu de acogida cristiana.
Las iglesias, que históricamente han brindado refugio, alimentos y asistencia legal a migrantes, ahora enfrentan una caída en la asistencia y un clima de miedo generalizado, incluso entre personas con estatus migratorio legal.
La medida responde a un cambio en la política migratoria bajo la administración Trump, que eliminó las restricciones a los operativos en lugares sensibles. Organizaciones civiles han exigido el cese inmediato de estas acciones, mientras crecen las protestas en ciudades como Los Ángeles. La tensión se agrava con el despliegue de tropas federales en zonas de manifestación, lo que ha sido interpretado como una escalada en la represión migratoria.
En un operativo conjunto en Bethlehem, Pensilvania, agentes de ICE detuvieron a 17 migrantes indocumentados que trabajaban en la restauración del complejo Five 10 Flats, afectado por un incendio en mayo.
Entre los detenidos hay 13 venezolanos, 2 mexicanos, 1 ecuatoriano y 1 nicaragüense. Según ICE, los trabajadores fueron contratados por un subcontratista y no contaban con autorización legal para trabajar en EE.UU.
El operativo forma parte de una estrategia nacional para reforzar el cumplimiento de leyes migratorias en entornos laborales. ICE argumenta que estas prácticas protegen a los trabajadores legales y evitan la explotación laboral.
Aunque no se ha revelado si el subcontratista enfrentará sanciones, la agencia advirtió que continuará con inspecciones similares en sectores como la construcción y la agricultura, donde se ha detectado un aumento en el empleo informal de migrantes.