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Salud

En los hospitales de Nueva York, la medicina se encuentra con el arte para mejorar la salud de los pacientes

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Los centros médicos públicos de la ciudad son también un repositorio de arte público de alto valor al alcance de todos

Quizá uno de los secretos mejor guardados del sistema sanitario público de la ciudad de Nueva York es la historia detrás de la impresionante colección de arte que alberga: cuenta con 7.452 obras, valoradas probablemente en varios millones de dólares, que transforman hospitales clínicas en auténticas galerías que incluyen trabajos de destacados artistas como Keith Haring, Romare Bearden, Andy Warhol, Helen Frankenthaler, Alexander Calder, Robert Rauschenberg y Ansel Adams.

El mosaico de cerámica de Helen Frankenthaler recibe a los visitantes en el hospital del Bronx. En Bellevue, se encuentra un collage vibrante de Romare Bearden y un grabado en seda de flores de Andy Warhol. Y en Brooklyn, el vestíbulo del Hospital de Woodhull alberga uno de los murales de Keith Haring. No está claro cómo estas instituciones llegaron a poseer tantos tesoros, pero el resultado es una colección de arte público a la que el diario The New York Times le puso la lupa.

Un cartel con una frase que invita a los usuarios a mirar hacia arriba, les da la bienvenida a quienes visitan estas clínicas y hospitales en la Gran Manzana.

La colección de arte en el sistema sanitario de Nueva York consiste en más de 7.000 obras (Sara Hylton/The New York Times)

Comenzando con un mural en el vestíbulo del Kings County Hospital en Brooklyn, el primer Arte Real encargado para el sistema de hospitales públicos de Nueva York en 1932. Fue allí que Vincent Aderente representó una escena etérea de figuras clásicas simbolizando la verdad, la ciencia y el conocimiento.

Los años siguientes vieron la creación de decenas de murales en hospitales de toda la ciudad, que representan temas cruciales como el desarrollo de la medicina y personajes de la literatura infantil, hasta las escenas de la vida cotidiana de la comunidad afroamericana.

Un ejemplo claro es el mural “Cityscape” de Mr. Bearden, que originalmente fue colocado en el edificio del hospital Lincoln en 1976 pero fue retirado rápidamente después de que los funcionarios locales se quejaron de que la obra no incluía la comunidad puertorriqueña de alrededor del hospital del Bronx. El mural fue rescatado años después en el hospital Bellevue.

El objetivo de Haring con su mural era aportar un carácter «alentador, no agresivo y reconfortante» a la institución hospitalaria (Sara Hylton/The New York Times)

Otro caso significativo y memorable es el del artista KeithHaring, conocido ya en ese entonces por sus grandes murales públicos, quien decidió hacer una de sus obras en el hospital Woodhull, cubriendo los costos de su propio bolsillo. En su solicitud a la ciudad escribió que creía que su trabajo debería ser “positivo, alentador, no agresivo, imaginativo y reconfortante” y fue precisamente lo que plasmó en sus creaciones: figuras humanas y animales muy simples, bailando, jugando y haciendo breakdance.

“Mi sensación es que él sólo quería ayudar”, dijo Gil Vázquez, quien es el director ejecutivo de la Fundación Keith Haring a The New York Times. “El arte cura, y él lo sabía”, aseguró.

En efecto, su mural se convirtió en un orgullo para el hospital, donde lo ven como parte integral de su identidad. Según la doctora Lisa Scott-McKenzie, directora de operaciones de este centro médico, el mural está “profundamente arraigado en quienes somos” y es una muestra del “respeto que tenemos por nuestra comunidad”, aseguró al diario neoyorquino.

Keith Haring transformó el vestíbulo del hospital Woodhull con su arte vibrante y positivo (Salud y hospitales de la ciudad de Nueva York)

Preservación y amenazas financieras

La colección de arte de NYC Health + Hospitals de la ciudad de Nueva York ha sufrido los embates del tiempo, pero también ha sido rescatada y conservada gracias a la acción decidida de políticos y funcionarios de alto nivel.

En los años 70, cuando los antiguos murales de la época de la Depresión estaban en decadencia, el alcalde Edward I. Koch y los líderes hospitalarios implementaron medidas para gestionar y preservar la colección.

Patricia E. Harris, quien dirigía la comisión de arte de la ciudad en aquel entonces, contó que se utilizó dinero de proyectos de construcción hospitalaria para “acelerar el rescate y conservación” de los primeros murales lo que permitió revitalizar partes significativas de la colección.

Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, durante las últimas décadas la colección ha estado en peligro como consecuencia de la crisis financiera del sistema hospitalario de la ciudad. En 2016, la agencia estaba al borde de un precipicio con una brecha presupuestaria que en 2018 se esperaba que llegase a los USD 1,8 mil millones de dólares, según el doctor Mitchell H. Katz, presidente y director ejecutivo de NYC Health + Hospitals.

Los problemas presupuestarios del sistema hospitalario han puesto en peligro la valiosa colección de arte durante las últimas décadas (Sara Hylton/The New York Times)

Para su sorpresa, la agencia también custodiaba una valiosa colección de arte. En un punto, consideró vender partes de la colección para solventar la crisis pero finalmente descartó esa idea, enfocándose en cambios en la facturación del seguro y otros ajustes operativos para mejorar la eficiencia del sistema. Según él, vender las obras de arte que habían sido donadas a los hospitales para sus pacientes “habría sido muy mal karma”.

Sanar a través del arte

Los hospitales públicos de Nueva York están poniendo de nuevo en valor su colección de arte, en una iniciativa cada vez más extendida en el mundo sanitario que busca sanar a través del arte. A través de esta se planean diferentes exposiciones dentro del hospital, así como también espacios de exhibición en Bellevue con el fin de mejorar el entorno para los pacientes.

Las autoridades hospitalarias constituyeron el departamento de Artes en Medicina en 2018 para supervisar la colección. Según explicó al New York Times Susan Magsamen, directora del Laboratorio Internacional de Arte y Mente, en la escuela de medicina de la Universidad Johns Hopkins, el arte contribuye a crear un “ambiente enriquecido” que puede disminuir el estrés y la ansiedad, mejorar el estado de ánimo y promover una recuperación más rápida.

El Centro Médico Cedars-Sinai, una organización sin fines de lucro privada con sede en Los Ángeles, ha albergado obras de Picasso, Joan Miró, Marc Chagall y Willem de Kooning, entre otros. Estas obras de arte se utilizan para recorridos a pie mediante Fitbit y para otras actividades terapéuticas con los pacientes.

Aún en curso, un plan de recaudación de fondos busca asegurar el futuro de la colección de arte de los hospitales de la ciudad (Maansi Srivastava/The New York Times)

Mientras que en la ciudad de Cleveland, la clínica privada sin fines de lucro Cleveland Clinic exhibe una enorme escultura de una calabaza realizada por Yayoi Kusama y ha recopilado ya más de 7.000 obras de arte contemporáneo.

En Nueva York, el mantenimiento del arte se financia ahora a través de donaciones y subvenciones. Según Larissa W. Trinder, vicepresidenta asistente de Artes en Medicina, no se utilizan fondos operativos para este fin. Además, cuenta con una ayuda de USD 4,5 millones de dólares provenientes del Fondo de Iluminación Laurie M. Tisch, una institución filantrópica que invierte en el arte y fomenta la creatividad.

Aún en curso se encuentra un plan para recaudar al menos USD 20 millones de dólares para un fondo permanente destinado al cuidado de las colecciones. Actualmente, varias obras están en proceso de restauración, como una escultura de John Rhoden en el Hospital de Harlem; mientras otras, como varias impresiones de Ansel Adams, esperan ser enmarcadas.

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Mundo

Cuando el estrés y la ansiedad se “disfrazan” de enfermedades físicas comunes: cómo identificarlas

Sensaciones corporales inesperadas pueden alterar la vida cotidiana y dificultar el diagnóstico, mientras médicos y especialistas buscan respuestas ante los síntomas más diversos

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La ansiedad puede provocar síntomas físicos como escalofríos, dolor muscular y malestar estomacal similares a la gripe. Una sensación de malestar físico parecida a la de un resfriado o una gripe puede tener un origen inesperado: la ansiedad. De acuerdo con expertos citados por Prevention, este trastorno de salud mental, suele manifestarse a través de síntomas físicos fácilmente confundibles con enfermedades comunes, lo que dificulta tanto su detección como el tratamiento adecuado.

La ansiedad, el problema de salud mental más frecuente en Estados Unidos, trasciende la simple preocupación o el nerviosismo. El psiquiatra David Merrill, del Pacific Neuroscience Institute, explicó a Prevention: “Además de los síntomas emocionales, muchas personas experimentan irritabilidad, fatiga, inquietud y una sensación general de desequilibrio

No obstante, los síntomas físicos pueden resultar aún más desconcertantes, al imitar afecciones como resfriados, alergias o una resaca. Merrill advirtió que estos síntomas mentales y físicos suelen formar un ciclo, en el que la ansiedad desencadena malestares corporales y estos, a su vez, intensifican la ansiedad.

Síntomas físicos de la ansiedad

Entre las manifestaciones físicas más frecuentes, los especialistas destacan la aceleración de la frecuencia cardíaca. El psicólogo clínico Joseph Laino, profesor asistente en la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, precisó que la ansiedad activa el sistema de alarma del cuerpo.

La amígdala cerebral detecta amenazas y provoca la liberación de sustancias como cortisol y adrenalina, lo que prepara al organismo para reaccionar. Este proceso eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial, e incluso puede causar palpitaciones. Laino subrayó que, aunque esta reacción resulta imprescindible para la supervivencia, puede resultar dañina si se prolonga excesivamente.

Otra manifestación habitual es la alteración de la temperatura corporal. Merrill indicó que el hipotálamo, responsable de regular el calor corporal, responde a la ansiedad con escalofríos, sudoración excesiva o ambos síntomas a la vez. Además, la activación muscular durante estos episodios puede producir dolores musculares inusuales.

La dificultad respiratoria representa otro síntoma relevante. Merrill explicó que el incremento del ritmo cardíaco deja menos oxígeno disponible, lo que obliga a los pulmones a esforzarse más.

En situaciones de ansiedad extrema, como un ataque de pánico, resulta frecuente experimentar taquicardia y sensación de falta de aire. El especialista recomendó practicar respiración profunda para aliviar ambos síntomas, aunque insistió en buscar atención médica inmediata si el dolor en el pecho se mantiene o se agrava.

Los problemas digestivos también son recurrentes. Merrill indicó que el sistema nervioso central, especialmente el intestino, ejerce una función clave en la respuesta al estrés. La serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”, se localiza principalmente en el intestino, y su alteración por estrés emocional produce náuseas, indigestión y malestar estomacal.

El tránsito intestinal puede variar, alternando entre estreñimiento y diarrea. Merrill explicó que, durante la respuesta de lucha o huida, el cuerpo prioriza el flujo sanguíneo hacia los músculos y órganos sensoriales, lo que disminuye la actividad digestiva. Esto se traduce en hinchazón, gases, dolor abdominal y calambres.

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Ciencia

Cifra récord de agotamiento laboral en Estados Unidos: el 72% de los empleados dice sentirse exhausto

De acuerdo con el estudio, la fatiga mental y física alcanza su punto más alto en seis años, con especial impacto entre los jóvenes de la Generación Z

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El informe anual realizado por Aflac Incorporated reveló que el 72% de los trabajadores estadounidenses experimenta niveles de agotamiento moderado a alto, cifra que representa el valor más elevado registrado desde 2019. El estudio, denominado Aflac WorkForces Report, fue publicado tras una encuesta realizada entre abril y mayo de 2025 a 2.000 empleados a lo largo de Estados Unidos y destaca el incremento del estrés y la preocupación entre los asalariados.

Según datos proporcionados, el fenómeno afecta de manera transversal a varios sectores de la fuerza laboral, pero son los trabajadores de Generación Z quienes presentan la mayor incidencia, con un 74% reportando síntomas relacionados. El informe matiza que la sobrecarga laboral y la inseguridad financiera son los principales factores detonantes. Newsweek enfatiza que el carácter multifacético de la problemática y la preocupación institucional por el bienestar de los empleados.

El contexto económico y social durante el periodo analizado contribuyó a estos máximos históricos. Las persistentes señales de una desaceleración en el mercado laboral y el encarecimiento del costo de vida han incidido en los resultados. De acuerdo con datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, se mantiene una tendencia de moderación en la creación de empleos, motivo por el cual muchas personas optan por permanecer en sus puestos debido a la incertidumbre y la falta de mejores alternativas en el mercado. El estudio se consolida como un indicador representativo de la creciente presión sobre la salud mental y financiera de los asalariados, según reflejan cifras oficiales y análisis sectoriales.

¿Qué es el burnout laboral y cuáles son sus síntomas?

De acuerdo con el estudio, el burnout laboral es un estado de agotamiento emocional, desmotivación y reducción del desempeño originado por la exposición constante a exigencias profesionales y presión en el entorno laboral. El informe describe tres niveles: bajo, moderado y alto. El 72% de los participantes se ubica en los dos niveles superiores.

Entre los síntomas más destacados figuran la fatiga constante, la sensación de desapego, el descenso en la productividad y la dificultad para concentrarse. El documento destaca además que la sobrecarga de tareas y la preocupación financiera agravan este cuadro.

¿Cuáles son las principales causas del burnout en Estados Unidos según el informe?

El informe identifica como principal causante del burnout la carga excesiva de trabajo, mencionada por el 35% de los encuestados. A esto se suma la incertidumbre económica: 44% declara no tener fondos suficientes para afrontar un gasto imprevisto de 1.000 dólares en caso de emergencia sanitaria. El fenómeno llamado “medanxiety” —miedo persistente a los gastos médicos inesperados— afecta al 52% de los trabajadores consultados.

El reporte reconoce la presión adicional provocada por la necesidad de conservar el empleo ante la falta de mejores opciones, fenómeno que ha sido definido como “job hugging”. Estos factores, junto con expectativas no satisfechas respecto al apoyo institucional, alimentan el ciclo de agotamiento.

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