Los expertos sugieren que la ubicación del televisor puede influir en la cantidad de tiempo que se pasa frente a la pantalla y, en última instancia, en la salud física y mental.
En el mundo de hoy, el televisor es un elemento esencial en la vida de las personas. No solo es un medio de entretenimiento, sino también una ventana a la información y una herramienta para la educación.
Con la diversificación de los hogares y las innovaciones tecnológicas, surge una pregunta común: ¿dónde debe ubicarse el televisor para una experiencia óptima? Los expertos ofrecen una respuesta clara y respaldada por la ciencia: la sala es el mejor lugar para ubicar el televisor. Aquí, en el espacio principal de la casa, puede disfrutar de una experiencia visual y acústica óptima.
A medida que la tecnología televisiva ha evolucionado, se ha vuelto común tener más de un televisor en un hogar. La distribución y ubicación de estos dispositivos, sin embargo, es un tema relevante y objeto de debate. Si bien algunos prefieren tener televisores en todas las habitaciones, los expertos en diseño de interiores y ergonomía coinciden en que la sala es el lugar ideal para ubicar el televisor principal.
Existen varias razones detrás de esta recomendación. Primero, ubicar el televisor en la sala permite crear una experiencia de visualización óptima para varias personas. La sala es el corazón de la casa y, por lo general, es el lugar donde se reúnen familiares y amigos para ver programas, películas o eventos deportivos. Colocar el televisor aquí asegura que todos tengan una visión clara y sin obstrucciones.
Segundo, la acústica de la sala puede mejorar significativamente la experiencia de sonido. La mayoría de las salas están diseñadas para ofrecer una buena acústica, con paredes, techos y pisos que ayudan a absorber y reflejar el sonido de manera equilibrada. Además, muchos sistemas de entretenimiento de salas de estar están equipados con altavoces envolventes o barras de sonido que aprovechan esta configuración.
Otra razón importante es que la sala es generalmente un espacio más grande, lo que permite una mejor disposición de los muebles y una distancia adecuada entre el televisor y el sofá. La Asociación de Electrónica de Consumo recomienda una distancia de al menos dos veces el tamaño de la pantalla para una visualización óptima. En una sala, esto es más fácil de lograr que en una habitación más pequeña.
El diseño y la estética también son factores a considerar. La sala es el lugar donde pasamos más tiempo, donde recibimos a visitantes y donde se concentra la decoración. Integrar el televisor en este espacio principal puede contribuir a una mejor estética y flujo en la decoración del hogar. Se pueden utilizar técnicas de diseño inteligente, como ocultar los cables y elegir muebles que complementen el televisor, para crear un ambiente armonioso.
En cuanto a las habitaciones, si bien algunos hogares eligen tener un televisor en cada una, muchos expertos advierten sobre los posibles efectos negativos. La Asociación Estadounidense de Psicología (APA) ha investigado los hábitos de visualización en el dormitorio y ha encontrado que tener un televisor en la habitación puede interferir con el sueño y afectar negativamente la calidad del descanso. Además, puede dificultar la concentración en otras actividades, como la lectura o el trabajo.
La ergonomía también es un aspecto crucial. Colocar un televisor en una habitación puede hacer que la pantalla quede a la altura de la cama o del sofá, lo que puede ser incómodo para la vista y el cuello. La colocación del televisor en la sala, donde puede estar a la altura de los ojos o un poco más alta, es más ergonómica y cómoda para la visualización prolongada.
Por último, la seguridad es un factor a tener en cuenta. Si hay niños pequeños en el hogar, colocar un televisor en una habitación puede aumentar el riesgo de lesiones, ya que los niños pueden trepar a muebles para alcanzar el televisor o manipularlo de manera peligrosa. En cambio, en la sala, los adultos pueden supervisar mejor el uso del televisor y asegurarse de que se sigan las pautas de seguridad.
En resumen, los expertos están de acuerdo en que el lugar ideal para ubicar el televisor es en la sala. Esta recomendación se basa en una combinación de factores, incluida la mejor experiencia visual y acústica, la ergonomía, la estética y la seguridad.
Si bien tener un televisor en cada habitación puede ser tentador, el enfoque más eficiente y beneficioso es crear un espacio principal en la sala donde toda la familia pueda reunirse y disfrutar de una experiencia de visualización de alta calidad.
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Cuando el estrés y la ansiedad se “disfrazan” de enfermedades físicas comunes: cómo identificarlas
Sensaciones corporales inesperadas pueden alterar la vida cotidiana y dificultar el diagnóstico, mientras médicos y especialistas buscan respuestas ante los síntomas más diversos
La ansiedad puede provocar síntomas físicos como escalofríos, dolor muscular y malestar estomacal similares a la gripe. Una sensación de malestar físico parecida a la de un resfriado o una gripe puede tener un origen inesperado: la ansiedad. De acuerdo con expertos citados por Prevention, este trastorno de salud mental, suele manifestarse a través de síntomas físicos fácilmente confundibles con enfermedades comunes, lo que dificulta tanto su detección como el tratamiento adecuado.
La ansiedad, el problema de salud mental más frecuente en Estados Unidos, trasciende la simple preocupación o el nerviosismo. El psiquiatra David Merrill, del Pacific Neuroscience Institute, explicó a Prevention: “Además de los síntomas emocionales, muchas personas experimentan irritabilidad, fatiga, inquietud y una sensación general de desequilibrio”
No obstante, los síntomas físicos pueden resultar aún más desconcertantes, al imitar afecciones como resfriados, alergias o una resaca. Merrill advirtió que estos síntomas mentales y físicos suelen formar un ciclo, en el que la ansiedad desencadena malestares corporales y estos, a su vez, intensifican la ansiedad.
Síntomas físicos de la ansiedad
Entre las manifestaciones físicas más frecuentes, los especialistas destacan la aceleración de la frecuencia cardíaca. El psicólogo clínico Joseph Laino, profesor asistente en la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, precisó que la ansiedad activa el sistema de alarma del cuerpo.
La amígdala cerebral detecta amenazas y provoca la liberación de sustancias como cortisol y adrenalina, lo que prepara al organismo para reaccionar. Este proceso eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial, e incluso puede causar palpitaciones. Laino subrayó que, aunque esta reacción resulta imprescindible para la supervivencia, puede resultar dañina si se prolonga excesivamente.
Otra manifestación habitual es la alteración de la temperatura corporal. Merrill indicó que el hipotálamo, responsable de regular el calor corporal, responde a la ansiedad con escalofríos, sudoración excesiva o ambos síntomas a la vez. Además, la activación muscular durante estos episodios puede producir dolores musculares inusuales.
La dificultad respiratoria representa otro síntoma relevante. Merrill explicó que el incremento del ritmo cardíaco deja menos oxígeno disponible, lo que obliga a los pulmones a esforzarse más.
En situaciones de ansiedad extrema, como un ataque de pánico, resulta frecuente experimentar taquicardia y sensación de falta de aire. El especialista recomendó practicar respiración profunda para aliviar ambos síntomas, aunque insistió en buscar atención médica inmediata si el dolor en el pecho se mantiene o se agrava.
Los problemas digestivos también son recurrentes. Merrill indicó que el sistema nervioso central, especialmente el intestino, ejerce una función clave en la respuesta al estrés. La serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”, se localiza principalmente en el intestino, y su alteración por estrés emocional produce náuseas, indigestión y malestar estomacal.
El tránsito intestinalpuede variar, alternando entre estreñimiento y diarrea. Merrill explicó que, durante la respuesta de lucha o huida, el cuerpo prioriza el flujo sanguíneo hacia los músculos y órganos sensoriales, lo que disminuye la actividad digestiva. Esto se traduce en hinchazón, gases, dolor abdominal y calambres.
El informe anual realizado por Aflac Incorporated reveló que el 72% de los trabajadores estadounidenses experimenta niveles de agotamiento moderado a alto, cifra que representa el valor más elevado registrado desde 2019. El estudio, denominado Aflac WorkForces Report, fue publicado tras una encuesta realizada entre abril y mayo de 2025 a 2.000 empleados a lo largo de Estados Unidos y destaca el incremento del estrés y la preocupación entre los asalariados.
Según datos proporcionados, el fenómeno afecta de manera transversal a varios sectores de la fuerza laboral, pero son los trabajadores de Generación Z quienes presentan la mayor incidencia, con un 74% reportando síntomas relacionados. El informe matiza que la sobrecarga laboral y la inseguridad financiera son los principales factores detonantes. Newsweek enfatiza que el carácter multifacético de la problemática y la preocupación institucional por el bienestar de los empleados.
El contexto económico y social durante el periodo analizado contribuyó a estos máximos históricos. Las persistentes señales de una desaceleración en el mercado laboral y el encarecimiento del costo de vida han incidido en los resultados. De acuerdo con datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, se mantiene una tendencia de moderación en la creación de empleos, motivo por el cual muchas personas optan por permanecer en sus puestos debido a la incertidumbre y la falta de mejores alternativas en el mercado. El estudio se consolida como un indicador representativo de la creciente presión sobre la salud mental y financiera de los asalariados, según reflejan cifras oficiales y análisis sectoriales.
¿Qué es el burnout laboral y cuáles son sus síntomas?
De acuerdo con el estudio, el burnout laboral es un estado de agotamiento emocional, desmotivación y reducción del desempeño originado por la exposición constante a exigencias profesionales y presión en el entorno laboral. El informe describe tres niveles: bajo, moderado y alto. El 72% de los participantes se ubica en los dos niveles superiores.
Entre los síntomas más destacados figuran la fatiga constante, la sensación de desapego, el descenso en la productividad y la dificultad para concentrarse. El documento destaca además que la sobrecarga de tareas y la preocupación financiera agravan este cuadro.
¿Cuáles son las principales causas del burnout en Estados Unidos según el informe?
El informe identifica como principal causante del burnout la carga excesiva de trabajo, mencionada por el 35% de los encuestados. A esto se suma la incertidumbre económica: 44% declara no tener fondos suficientes para afrontar un gasto imprevisto de 1.000 dólares en caso de emergencia sanitaria. El fenómeno llamado “medanxiety” —miedo persistente a los gastos médicos inesperados— afecta al 52% de los trabajadores consultados.
El reporte reconoce la presión adicional provocada por la necesidad de conservar el empleo ante la falta de mejores opciones, fenómeno que ha sido definido como “job hugging”. Estos factores, junto con expectativas no satisfechas respecto al apoyo institucional, alimentan el ciclo de agotamiento.