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Crisis en Haití por la violencia de pandillas que genera escasez

Los grupos armados controlan carreteras y bloquaron la actividad en las tres principales terminales petroleras del país. Los residentes se ven obligados a recurrir al mercado negro.

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Crisis Haití pandillas

Con la persistente violencia de las pandillas asolando la capital de Haití, otras ciudades de la nación caribeña enfrentan además la escasez de combustible y electricidad, que amenazan la vida diaria de millones de personas.

A los enfrentamientos armados en Puerto Príncipe, en donde al menos 234 personas murieron o resultaron heridas en la peligrosa barriada pobre de Cité Soleil (Ciudad Sol) desde principios de julio, se ha sumado el bloqueo por las pandillas de la actividad en las tres principales terminales petroleras del país.

Los grupos armados impiden regularmente el acceso a las instalaciones, deteniendo el flujo de combustible. En Jeremie, una ciudad costera en el extremo suroeste de la isla, las estaciones de servicio han quedado sin combustible durante meses.

Los residentes se ven obligados a recurrir al mercado negro, donde la gasolina y el diésel están fácilmente disponibles pero a precios seis veces más altos que la tarifa establecida por el gobierno.

“Puedes encontrar combustible en todas partes, excepto en las estaciones de servicio”, dice Yvon Janvier, un profesor de derecho.

Es así que, con poco combustible legal disponible y precios altísimos en el mercado negro, los residentes menos acomodados de Jeremie se ven obligados a realizar sus viajes a pie.

La gran mayoría de la energía utilizada en Haití es producida por plantas que queman diésel, por lo que “es muy simple: si no hay combustible, no hay electricidad”, dice Janvier.

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Una carretera pavimentada

José Davilmar, director administrativo de la Empresa Pública de Energía Eléctrica del país (EDH), dice que hay “enormes dificultades para transportar el combustible a ciertas localidades de provincia”.

“Más recientemente, tres barcos cargados de combustible no pudieron atracar porque hubo represalias de criminales en Cité Soleil”, ejemplificó.

Controlando apenas dos kilómetros de la carretera nacional en Martissant, un suburbio pobre de la capital, las pandillas han ganado poder sobre el flujo de mercancías a la mitad del país.

Los grupos armados tienen el control total de la única carretera pavimentada que conduce a las regiones del sur de Haití desde junio de 2021.

Servicio hospitalario reducido

Sin la electricidad de las centrales de suministro, regiones enteras del país deben recurrir a generadores a gas para mantener las luces encendidas.

Para aquellos que no pueden pagar su propio generador, la vida diaria se ha convertido en un dolor de cabeza.

En Jacmel, en la costa sur, el pintor Joseph Stevenson debe preguntar entre sus vecinos quién tiene electricidad cada vez que necesita cargar su teléfono. “A veces tengo que ir hasta el centro de la ciudad para conseguir apenas un pequeño porcentaje de una carga completa”, confiesa el artista. “¿Te imaginas eso, en pleno siglo XXI?”, pregunta resignado.

En CapHaitien, la segunda ciudad más grande de Haití, los bares y restaurantes equipados con generadores han podido permanecer abiertos pero han reducido su horario de atención debido al aumento del precio del gas.

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El alcalde de esa ciudad, Patrick Almonor, advierte que los cortes de energía han tenido un gran impacto en las instalaciones médicas. “Los hospitales están trabajando a un ritmo más lento, con servicios reducidos porque hace casi seis meses que la EDH no despacha energía eléctrica en la ciudad”, dice Almonor.

Precios al doble

En Les Cayes, la tercera ciudad de la isla, varios centros de salud solo abren algunas horas al día, señala el doctor Kinsky Hippolyte. La situación se debe en gran parte a la falta de electricidad, pero también a problemas para transportar equipos y medicamentos fuera de la capital, 200 kilómetros al norte.

Como en todas partes en Haití, el sur de la península también sufre por una inflación altísima. Pero si bien los precios han aumentado más del 25% a nivel nacional, la región suroeste ha visto duplicarse los precios de algunos productos alimenticios desde principios de año.

“Incluso los precios de los productos locales están subiendo: por ejemplo, los agricultores están vendiendo sus limones a un precio más alto para poder comprar arroz, que es importado”, dice Hippolyte.

El médico, que se considera afortunado en comparación con los más pobres del país, se ve obligado, sin embargo, a “limitar (sus) traslados por el precio de la gasolina”.

La creciente tasa de pobreza de Haití, agravada por la inestabilidad social, es una gran preocupación para la comunidad humanitaria: casi la mitad de los 11 millones de ciudadanos del país ya padecen inseguridad alimentaria, incluidos 1,3 millones que están al borde de la inanición, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas.

(Con información de AFP)

Enfoque Now es una plataforma digital dedicada a conectar e informar a la comunidad latina acerca de los acontecimientos que suceden a nivel local e internacional.

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México ha entregado a EEUU a 55 líderes de cárteles de droga en operaciones secretas durante el 2025

El operativo incluyó sigilo extremo, drones de vigilancia y sustitución de personal penitenciario. Las autoridades temían fugas, atentados y motines de último minuto

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En una de las operaciones conjuntas más ambiciosas entre México y EstadosUnidos, 55 líderes de cárteles mexicanos fueron entregados este año a la justicia estadounidense en dos misiones bajo estrictas medidas de seguridad. La acción, resultado de una presión diplomática ejercida principalmente por la administración de Donald Trump, representa un golpe a las estructuras criminales y un giro en la cooperación bilateral frente al tráfico de drogas.

De acuerdo con información publicada por The Wall Street Journal (WSJ), los reos trasladados representan las cúpulas de organizaciones como Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y Zetas. Entre los extraditados figuran nombres emblemáticos como Rafael Caro Quintero, acusado del asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985 y prófugo de la justicia estadounidense por décadas.

Durante sus estancias en prisiones de México, estos reclusos contaban con redes de corrupción que les permitían acceso a armas, drogas, mujeres y dispositivostelefónicos. Según funcionarios estadounidenses y mexicanos, desde sus celdas coordinaban el envío de toneladas de heroína, fentanilo, cocaína y metanfetamina hacia Estados Unidos, además de ordenar homicidios y secuestros.

El proceso de extradición se mantuvo en completo sigilo ante el temor de fugas, motines y posibles atentados contra los propios capos, quienes representaban riesgos de filtración de información sensible. “Nunca en la historia de nuestra agencia hemos visto la remoción de este nivel de criminales desde México”, señaló Derek Maltz, exjefe interino de la Administración de Control de Drogas (DEA).

La transferencia de los líderes criminales requirió la movilización de 2.000 efectivos de fuerzas especiales mexicanas. “Fue una misión que no podía fallar. Cualquier filtración habría encendido alarmas y disparado la violencia”, aseguró un alto funcionario mexicano al WSJ.

El nivel de secreto fue tal que los propios detenidos desconocían su destino hasta pisar territorio estadounidense. “Welcome to America!”, exclamó Maltz al recibir al primer grupo de extraditados. Los raslados se ejecutaron en dos bloques: la primera hace nueve meses y la segunda en agosto. Los prisioneros desembarcaron en ciudades como Chicago, Phoenix, San Antonio, Nueva York y Washington D.C..

Entre los extraditados sobresalen los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño, antiguos jefes de Los Zetas, organización responsable de una oleada de violencia. Conforme a fuentes oficiales mexicanas, los Treviño controlaban desde prisión una red de más de 600 internos y han sido vinculados al asesinato de 18 custodios penitenciarios.

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Nicolás Maduro recurre a custodios cubanos y se esconde en múltiples lugares ante el temor de un ataque de Estados Unidos

El dictador chavista ha cambiado su rutina, teléfonos y lugares de descanso, y ha delegado responsabilidades clave de su protección en agentes de inteligencia de La Habana

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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha reforzado de manera significativa su seguridad personal, incluyendo el cambio de lugar donde duerme, y ha recurrido a Cuba, su principal aliado, ante la creciente amenaza de una intervención militar estadounidense en el país.

Así lo confirman varias personas cercanas al gobierno venezolano. Describen un clima de tensión y preocupación dentro del entorno íntimo del mandatario, aunque aseguran que Maduro considera que mantiene el control y que podrá superar este desafío, el más grave en sus 12 años de gobierno.

Para protegerse de un posible ataque de precisión o de una incursión de fuerzas especiales, Maduro ha cambiado repetidamente de lugar para dormir y de teléfono celular, según dichas fuentes. Estas precauciones se intensificaron desde septiembre, cuando Estados Unidos empezó a acumular buques de guerra y a atacar embarcaciones que la administración de Trump afirma que traficaban drogas desde Venezuela.

Para reducir el riesgo de ser traicionado, Maduro también ha ampliado el papel de los guardaespaldas cubanos en su equipo de seguridad personal y ha incorporado más oficiales de contrainteligencia cubanos al ejército venezolano, indicó una de las fuentes.

Sin embargo, en público, Maduro ha intentado minimizar las amenazas de Washington, mostrándose relajado y despreocupado, haciéndose presente en actos públicos sin previo aviso, bailando y publicando videos propagandísticos en TikTok.

Las siete personas cercanas al gobierno entrevistadas para este artículo pidieron el anonimato por temor a represalias o porque no estaban autorizadas a hablar con la prensa. El Ministerio de Comunicación de Venezuela, responsable de las consultas de medios, no respondió a la solicitud de comentarios sobre el artículo.

La administración Trump ha acusado a Maduro de liderar un “cártel narcoterrorista” que inunda a Estados Unidos de drogas, una narrativa que, según muchos funcionarios actuales y anteriores en Washington, busca en última instancia un cambio de régimen. Sin embargo, Trump ha combinado esas amenazas con menciones a una posible solución diplomática. Él y Maduro conversaron por teléfono el mes pasado para discutir una posible reunión.

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