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Robert Prevost es el primer Papa estadounidense de la historia

El nuevo sumo pontífice, que será conocido como León XIV, nació en Chicago y cuenta con una amplia trayectoria en Latinoamérica

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La Iglesia católica ha elegido a su nuevo líder, Robert Francis Prevost, quien tras la muerte del papa Francisco, a los 88 años, fue elegido en el segundo día de Cónclave, un proceso basado en siglos de tradición y secreto Prevost, de nacionalidad estadounidense pero con larga trayectoria en Sudamérica, ha fue elegido por la mayoría de los 133 cardenales y ahora será conocido como el papa León XIV.

Prevost, de 69 años, es actualmente prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes en el Vaticano, encargado de supervisar el nombramiento de obispos en todo el mundo. Hasta su nombramiento, presidía la Pontificia Comisión para América Latina, y era visto como una figura cercana al estilo pastoral promovido por el propio Francisco. Su elección ha sido inédita: Estados Unidos nunca había tenido un papa, y el peso geopolítico del país había sido tradicionalmente un obstáculo.

La mayoría del colegio cardenalicio con derecho a voto fue nombrado por Francisco, lo que podría explicar la rapidez con la que se resolvió la elección. El cónclave se definió dentro de la Capilla Sixtina, bajo secreto total, donde los cardenales electores menores de 80 años llegaron a un consenso de dos tercios. El proceso concluyó en la cuarta votación, después de la cual la chimenea del Vaticano emanó humo blanco.

¿Quién es Robert Prevost?

Robert Prevost nació en Chicago en 1955 e ingresó en la Orden de San Agustín en 1977. Habla cinco lenguas: inglés, español, italiano, francés y portugués. Fue enviado muy joven a Roma para estudiar Derecho Canónico en la Universidad Pontificia Santo Tomás de Aquino. Ordenado sacerdote en 1982, inició su trabajo misionero en Chulucanas, al norte de Perú, al año siguiente. Entre 1988 y 1998 tuvo un rol clave en la formación agustiniana en Trujillo, donde también fue vicario judicial y profesor de Teología, según la Oficina de Prensa del Vaticano.

Su conocimiento de la realidad eclesial latinoamericana es profundo. Fue obispo de Chiclayo entre 2015 y 2023, y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana desde 2018. Francisco lo integró en la Congregación para el Clero en 2019 y en la de Obispos en 2020, antes de nombrarlo prefecto del nuevo Dicasterio en 2023. También fue miembro de al menos seis dicasterios adicionales, lo que lo convierte en uno de los cardenales con más funciones operativas en la Curia romana, según datos de la Pontificia Comisión para América Latina.

Enfoque Now es una plataforma digital dedicada a conectar e informar a la comunidad latina acerca de los acontecimientos que suceden a nivel local e internacional.

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El papa canonizó por primera vez a dos beatos de Venezuela: José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles

La santificación, aprobada por el Francisco antes de su muerte, marca un momento clave para la fe católica en el país sudamericano, en medio de la grave crisis social y política que aqueja a la población

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La mañana del domingo en la plaza de San Pedro dejó una estampa diferente a la habitual solemnidad romana: una multitud vibrante, colorida y emocionada, con miles de banderas venezolanas ondeando bajo el sol. Era, sobre todo, una jornada de celebración venezolana, marcada por la canonización de dos figuras profundamente queridas: José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, y Carmen Rendiles, fundadora de una congregación religiosa y ejemplo de fortaleza.

En medio de cantos, rezos y lágrimas, la ceremonia oficializó un momento de comunión tanto para los que se congregaron en Roma como para los millones de venezolanos que, desde su país natal, siguieron el acontecimiento en medio de una severa crisis política y económica.

Cuando el papa León XIV pronunció en latín la solemne fórmula de canonización para inscribir en el libro de los santos los nombres de Hernández y Rendiles, la ovación cruzó el Atlántico. El eco del aplauso se expandió en plazas y calles de Caracas, donde cientos de fieles siguieron la transmisión en directo, muchos con imágenes de papeles y estampas del doctor-santo y otros encendiendo velas frente a altares improvisados. El júbilo no distinguía entre oficialistas y opositores: la canonización ofreció una de las pocas ocasiones de unidad para el país, distendiendo —al menos durante unas horas— la fuerte polarización política que define a la Venezuela contemporánea.

A la celebración acudieron cerca de 55.000 peregrinos, según informaron las autoridades locales. De ellos, miles ondeaban con orgullo el tricolor venezolano, y camisetas y gorras con el rostro de José Gregorio Hernández y la imagen de Carmen Rendiles resaltaban entre las delegaciones internacionales.

Entre los asistentes, un testimonio fue recogido por la prensa local: José Ramón Malave Contreras, venezolano que reside en Roma. “Mi mamá me puso mi nombre gracias a este santo venezolano porque según la creencia, yo iba a nacer muerto, así que mi mamá me puso su nombre por haberme salvado la vida. Para mí era imperdible este momento”, declaró emocionado.

La jornada en el Vaticano no fue exclusiva de los venezolanos. En esa misma ceremonia, el papa León XIV sumó a otros cinco santos: el arzobispo Ignacio Choukrallah Maloyan, mártir armenio asesinado durante el genocidio de inicios del siglo XX; Peter To Rot, laico de Papúa Nueva Guinea ejecutado en 1945; las religiosas italianas Vincenza Maria Poloni y Maria Troncatti; y el laico italiano Bartolo Longo. Pero la devoción popular venezolana marcó la jornada con un fervor y colorido raramente presentes en Roma.

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Investigan si los viajes espaciales debilitan el sistema inmunitario humano: las estrategias de prevención

Científicos evalúan los riesgos y proponen acciones para preservar la salud de los astronautas. Qué dicen los nuevos estudios

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La humanidad se encuentra en un momento sin precedentes. Los planes de visitar la Luna, establecer estaciones espaciales permanentes e incluso arribar a Marte en la próxima década, ya no pertenecen al reino de la ciencia ficción.

Sin embargo, junto con estas ambiciones extraordinarias surgen riesgos desconocidos y complejos para la salud humana, siendo el sistema inmunitario uno de los más vulnerables.

Para comprender mejor estos efectos, un equipo internacional liderado por el doctor Daniel Winer, del Buck Institute for Research on Aging, en colaboración con la NASA, la Agencia Espacial Europea y otras universidades, ha desarrollado un marco científico integral denominado astroinmunología.

Esta subdisciplina analiza cómo los factores estresantes del espacio alteran la fisiología inmunitaria y explora estrategias para proteger la salud de los astronautas en misiones de larga duración.

“El futuro de la humanidad implicará vivir en el espacio exterior o en mundos distantes para algunas personas. El objetivo principal de establecer esta subespecialidad emergente de la astroinmunología es desarrollar contramedidas para proteger la salud de quienes exploran la vida fuera de la Tierra”, señaló Winer.

El trabajo publicado en Nature Reviews Immunology no se limita a describir los problemas observados durante las misiones espaciales, sino que ofrece una comprensión mecanicista de cómo la microgravedad, la radiación cósmica, los cambios en los patrones de sueño y los factores de estrés fisiológico afectan la función inmunitaria.

Estos estudios aprovechan análisis multiómicos modernos, que incluyen perfiles transcriptómicos, proteómicos y metabolómicos, para delinear los mecanismos celulares y moleculares que explican la disminución de la eficacia del sistema inmunitario en el espacio.

Uno de los hallazgos más críticos es el impacto de la microgravedad en las células inmunitarias. En ausencia de la atracción gravitacional terrestre, los linfocitos T y las células NK presentan una proliferación, diferenciación y capacidad de respuesta reducidas. La desorganización del citoesqueleto altera la señalización y la comunicación intercelular, mientras que la disfunción mitocondrial incrementa la producción de especies reactivas de oxígeno (ERO), que dañan células y tejidos.

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