El precio de los alimentos continúa su ascenso en los Estados Unidos, generando un cambio profundo en los hábitos de consumo de la población. Según datos publicados por The Wall Street Journal, la inflación en supermercados golpea a los consumidores, que adaptan sus compras para enfrentar los aumentos en productos básicos como carne de res, café y cereales.

Esta situación se ha manifestado con más fuerza en los últimos meses, mientras los registros oficiales muestran subidas continuas en los costos de productos de uso cotidiano.
El costo de la carne de res, por ejemplo, ha alcanzado máximos históricos, con cortes como el rib-eye a 32,99 dólares la libra (72,75 dólares el kilo). De acuerdo con el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, el precio de café subió un 20,9% en los doce meses cerrados en agosto, la carne molida un 12,8% y los plátanos un 6,6%.
El promedio del café molido llegó en agosto a 8,87 dólares la libra, cerca de 19,55 dólares el kilo, lo que supone casi un dólar más que en mayo. De esa forma, varios consumidores han empezado a recortar compras, acumular alimentos cuando pueden y buscar descuentos de manera más activa.
Ante esta dinámica, los consumidores exploran alternativas. Steve Smith, un ex policía de Colorado de 65 años, optó por adquirir más camarones y menos salmón, preferir carne para hamburguesa antes que cortes premium, y experimentar con proteínas vegetales como la quinoa. “Ahora me considero ahorrador. Hay que ser creativo con la comida”, dijo Smith. También mencionó que el precio elevado de la carne lo motivó a pensar en retomar la caza.
En California, la enfermera Christina Duongintenta sortear los costos acudiendo a tiendas especializadas y mercados étnicos para aprovechar rebajas. Opinó que “lo único que no cambia de precio es el pollo rostizado de Costco”, artículo que mantiene su valor desde 2009, según reportó The Wall Street Journal. “Todo lo demás, lo que sea, subió”, concluyó Duong.
La ejecutiva principal de Albertsons, Susan Morris, indicó que “vemos que los clientes son más estrictos con su lista de compras, quizás ya no adquieren ese producto extra”, estrategia que ha identificado la cadena para hacer frente a la inflación.