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Ciencia

Por qué los científicos esperan que las vacunas nasales finalmente detengan la transmisión del COVID

Pese a la llegada de las vacunas de segunda generación, diseñadas para prevenir las nuevas variantes del SARS-CoV-2, hay quienes creen que la evolución del virus hará que éstas tampoco alcancen para poner fin a la pandemia.

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La evolución del virus SARS-CoV-2 en sus esfuerzos de supervivencia para volverse más transmisible y evadir mejor la inmunidad superó incluso a las vacunas innovadoras de ARN mensajero, como son las desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna. Es por eso que los científicos debieron “actualizar” sus formulaciones para adaptarlas a las nuevas variantes y subvariantes que dio el virus dando origen a las llamadas vacunas de segunda generación.

Si bien las vacunas actuales, según los especialistas, siguen siendo esenciales para proteger contra cuadros graves de la enfermedad y la muerte, lo cierto es que a la hora de prevenir los contagios el nuevo coronavirus les ganó todas las batallas. Es por eso que para muchos expertos, las formulaciones creadas para evadir a las nuevas variantes virales tampoco serán el golpe de gracia que el mundo espera para, por fin, dar por terminada la pandemia.

En este escenario, las vacunas nasales aparecen como la gran promesa para detener la transmisión del SARS-CoV-2 en la comunidad. Lo aseguran con el argumento de que las vacunas nasales tienen la mejor oportunidad de reducir las infecciones a un nivel manejable.

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El doctor Sandy Douglas es miembro del equipo que diseñó la vacuna Oxford/AstraZeneca, y consideró que “resolver este problema de inducir una inmunidad realmente efectiva para bloquear la transmisión es un desafío tan importante que realmente merece recibir una atención y energía significativas, aunque requerirá algo de tiempo y esfuerzo”.

Lo que ocurre, tal como analizan los que saben, es que las vacunas actuales desencadenan una respuesta en el sistema inmunitario sistémico, lo que ayuda a prevenir enfermedades graves una vez que se produjo una infección. Pero una deficiencia importante fue el fracaso de las vacunas inyectadas para producir inmunidad en el tracto respiratorio, la llamada inmunidad de las mucosas, que es la primera línea de defensa del cuerpo contra el COVID.

De allí que muchos ven a la vacuna nasal como la forma más realista de lograr la inmunidad nasal y romper la cadena de transmisión del COVID. Se están realizando más de una docena de ensayos clínicos de vacunas nasales, incluido un ensayo de Fase I de una versión nasal de la vacuna Oxford/AstraZeneca.

“Es como tener guardias detrás de la puerta del castillo en lugar de tener guardias al frente”, ejemplificó Benjamin Goldman-Israelow, investigador de enfermedades infecciosas en Yale. En rigor de verdad, hay menos experiencia con las vacunas nasales. El más utilizado hasta la fecha es Flumist, el spray antigripal de AstraZeneca, que utiliza un virus de la gripe debilitado que actúa entrando en las células del revestimiento nasal y desencadenando una reacción inmunitaria.

El desafío, en este punto, es que este tipo de vacuna debe llegar a un punto óptimo en el que se administre suficiente virus para reactivar el sistema inmunitario, pero no tanto como para que el virus comience a replicarse y provoque que la persona se vuelva infecciosa.

Debido a la poca experiencia en la materia, tampoco hay consenso sobre cuán efectiva debería ser una vacuna nasal para llegar al mercado. “Es seguro decir que sería preferible un bloqueo completo o casi completo de la transmisión”, consideró el doctor Samuel Wu, director médico interino de la compañía estadounidense CyanVac, que se está preparando para poner en investigación una vacuna nasal contra el COVID.

En tanto, en una reciente investigación, científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte desarrollaron una vacuna COVID-19 inhalable que puede ser administrada por el propio paciente usando un inhalador y es estable a temperatura ambiente por hasta tres meses. El mecanismo de administración de esta vacuna, un exosoma derivado de los pulmones conocido como LSC-Exo, también demostró tener más éxito que las nanopartículas basadas en lípidos que se utilizan actualmente para evadir el revestimiento de la mucosa del pulmón y puede funcionar de manera efectiva con vacunas basadas en proteínas.

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Junto con colegas de UNC-Chapel Hill y la Universidad de Duke, Ke Cheng, profesor distinguido Randall B. Terry Jr. en Medicina Regenerativa en la Universidad Estatal de Carolina del Norte y profesor en el Departamento Conjunto de Ingeniería Biomédica de NC State/UNC-Chapel Hill, supervisó el desarrollo del prototipo de la vacuna desde la prueba de concepto hasta los estudios en animales.

Los investigadores emplearon exosomas (Exo) liberados por células esferoides pulmonares (LSC) para administrar la vacuna directamente a los pulmones. Las vesículas de tamaño nanométrico conocidas como exosomas han ganado reconocimiento recientemente como un método eficaz de administración de fármacos.

Una vacuna inhalable conferirá inmunidad mucosal y sistémica, es más conveniente de almacenar y distribuir, y podría autoadministrarse a gran escala -sintetizó Cheng-. Entonces, si bien todavía existen desafíos asociados con el aumento de la producción, creemos que esta es una vacuna prometedora que merece una mayor investigación y desarrollo”.

Por su parte, el profesor Akiko Iwasaki, inmunólogo de Yale, cofundó la empresa Xanadu Bio para desarrollar una vacuna de refuerzo nasal diseñada para “engañar” la inmunidad circulante existente (de una vacuna inyectada) en el tracto respiratorio, sin necesidad de virus vivo.

La vacuna, que administra la proteína espiga del SARS-CoV-2 en la nariz, ofreció protección contra la transmisión en pruebas con animales, y el equipo espera lanzar un ensayo de Fase 1 el próximo año. Pero Iwasaki reconoció que se requerirá un esfuerzo coordinado para llevar una vacuna nasal al mercado, y pidió en varias oportunidades por una “Operación Vacuna Nasal a la velocidad del rayo”, una iniciativa similar a la Operación Warp Speed para esta etapa de la pandemia. “Esto requiere suficiente apoyo de los sectores público y privado”, concluyó.

Ciencia

Miami, Hialeah y Fort Lauderdale, entre las peores ciudades para criar hijos

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El reciente estudio de WalletHub ha generado un debate sobre la calidad de vida familiar en el sur de Florida. Aunque Miami, Hialeah y Fort Lauderdale son destinos turísticos populares, el análisis las posiciona entre las 20 peores ciudades de EE.UU. para criar una familia en 2025.

WalletHub evaluó 182 ciudades con base en 45 métricas, agrupadas en cinco dimensiones clave: diversión familiar, salud y seguridad, educación y cuidado infantil, asequibilidad y situación socioeconómica. En el ranking general, Hialeah ocupa el puesto 173, Miami el 164 y Fort Lauderdale el 163, lo que las sitúa en el grupo de ciudades menos favorables para la vida familiar.

Este resultado contrasta con la imagen habitual de la región, que suele destacarse por su atractivo turístico y comercial. Sin embargo, el estudio pone el foco en factores esenciales para las familias, como el acceso a servicios básicos, la seguridad y el costo de vida.

Este informe podría influir en la percepción pública y en las decisiones de residencia de muchas familias en busca de un entorno más adecuado para la crianza de sus hijos.

Más allá del glamour y la vibrante actividad comercial, estos hallazgos invitan a reflexionar sobre las condiciones reales de bienestar en la región y el impacto que pueden tener en el futuro de las comunidades locales.

 

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Ciencia

Una poderosa tormenta solar hará visibles auroras boreales en el sur de Estados Unidos

De acuerdo con la NOAA, al menos 27 estados del país podrán disfrutar del fenómeno astronómico

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La tormenta solar prevista para azotar la Tierra ha generado una gran expectación debido a la posibilidad de que las auroras boreales sean visibles en lugares atípicos, incluidos varios estados sureños de Estados Unidos. Según el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA, esta tormenta geomagnética severa es el resultado de una erupción solar significativa detectada el viernes pasado. La llegada de esta tormenta está programada para algún momento entre la mañana del domingo 1 de junio y el lunes 2 de junio de 2025, dependiendo de la velocidad y dirección del fenómeno.

Los científicos de la NOAA han clasificado esta tormenta solar como de nivel 4 de 5en la escala de severidad, considerada muy poderosa. Esto implica la posibilidad de que los efectos en la magnetosfera terrestre sean lo suficientemente intensos como para desplazar las auroras boreales hacia latitudes más bajas de lo habitual. Geoff Steenburgh, un meteorólogo espacial de NOAA, manifestó tener cierta confianza en que este evento resultará en una tormenta severa, capaz de iluminar los cielos hasta tan al sur como Alabama y Carolina del Norte.

Las auroras se generan cuando el flujo de partículas cargadas del sol, empujadas por una eyección de masa coronal, interfiere con el campo magnético de la Tierra. Este fenómeno suele liberar impresionante luz en el cielo, principalmente verde y púrpura en altas latitudes. En lugares más al sur, como Virginia o Alabama, el espectáculo podría mostrarse en tonos más rojizos, según las indicaciones proporcionadas por NOAA y diversos expertos, como el coordinador de servicio de NOAA, Shawn Dahl, y la especialista en clima espacial Tamitha Skov.

El Centro de Predicción del Clima Espacial ha emitido alertas indicando que mientras no se esté bajo una cubierta de nubes o se imponga una fuerte contaminación lumínica, las auroras serán visibles. Sin embargo, las condiciones climáticas serán decisivas para la observación óptima del fenómeno. La NOAA prevé cielos despejados en una gran parte del noroeste del Pacífico, y en zonas del norte, como Dakota del Norte y Pensilvania.

 

El efecto de estas tormentas solares va más allá de las impactantes auroras. Históricamente, los eventos de magnitud similar han tenido consecuencias en sistemas eléctricos, obligando a desviaciones de rutas de aviones debido a interferencias de radio y afectando la precisión de los sistemas GPS. En pasadas tormentas graves, algunas redes eléctricas registraron irregularidades en el voltaje, y diversas operaciones satelitales, incluyendo las de Amazon y Starlink, se vieron obligadas a entrar en modo seguro.

 

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