El hallazgo del cuerpo de Yoon Ji-ah, a más de 200 kilómetros de donde había trasmitido en sus redes, generó conmoción y debate sobre la seguridad de creadores digitales y la protección frente a acosadores y estafadores
La muerte de la influencer surcoreana Yoon Ji-ah, de 25 años, provocó un profundo impacto en la sociedad del país asiático y en la comunidad internacional de redes sociales. Su cuerpo fue hallado el pasado 11 de septiembre en el condado de Muju, provincia de Jeolla del Norte, con evidentes signos de violencia.
Aunque el descubrimiento del crimen se produjo hace semanas, recién en los últimos días la noticia cobró notoriedad, al revelarse claves fundamentales sobre las circunstancias del asesinato, el principal sospechoso y las consecuencias sociales que dejó el caso.
Hallazgo y circunstancias de la muerte de Yoon Ji-ah
El cadáver de Yoon Ji-ah fue localizado en una ladera montañosa, a más de 200 kilómetrosdel lugar donde había estado unas horas antes. Los informes policiales detallaron que la joven presentaba numerosos hematomas y signos evidentes de estrangulamiento, lo que confirma que fue víctima de una agresión brutal.
De acuerdo con la cronología policial, el ataque ocurrió aproximadamente media hora después de la última transmisión en directo de la influencer. Su muerte inicialmente no se hizo pública; la familia reportó primero su desaparición y, tras dos días de búsqueda, las autoridades confirmaron la muerte luego de identificar el cuerpo sin vida.
El último directo y la actividad en redes sociales de la
Antes de ese fatal desenlace, Yoon Ji-ah realizó una última transmisión en vivo a través de TikTok, la red social donde alcanzó más de 300.000 seguidores. Durante la tarde del 11 de septiembre, transmitió desde la isla Yeongjong, en la zona de Incheon, ubicada a más de tres horas de distancia del sitio donde finalmente fue encontrada.
Esa interacción con sus seguidores se transformó en una macabra despedida, ya que, según las investigaciones, el ataque fatal ocurrió apenas 30 minutos después de que Yoon Ji-ah concluyera el directo. Su presencia en redes sociales era notable: compartía contenido variado y su perfil estaba marcado por una relación cercana con su audiencia, quienes quedaron consternados al conocer la noticia.
Identidad del principal sospechoso: Choi y su perfil oculto
Las pesquisas llevadas a cabo por la policía surcoreana condujeron velozmente a Choi, un hombre de aproximadamente 50 años, como principal sospechoso. Aparentemente, él se presentó ante Yoon Ji-ah y otros creadores digitales como un exitoso empresario del sector informático, realizando incluso importantes donaciones a las cuentas de los influencers con los que buscaba entablar colaboración.
Sin embargo, detrás de esa fachada se ocultaba una realidad muy distinta: Choi estaba altamente endeudado y su vivienda se encontraba en proceso de embargo. Su aparente solvencia formaba parte de un elaborado engaño que finalmente resultó trágico.