Este fin de semana, Irán lanzó más de 100 misiles y decenas de drones hacia varias ciudades de Israel, incluido Tel Aviv y Haifa.
Según las autoridades, al menos 24 civiles fallecieron en territorio israelí y más de 100 resultaron heridos en el ataque. Por su parte, el Ejército de Israel respondió con una serie de bombardeos aéreos en el interior de Irán, alcanzando instalaciones de mando, bases de la Guardia Revolucionaria (IRGC) e infraestructuras críticas.
Este incremento de las hostilidades tiene en vilo a toda la comunidad internacional. Líderes en el G7 están evaluando medidas más enérgicas para contener el conflicto, mientras que el portaviones de Estados Unidos en el Mediterráneo se pone en estado de alerta, aumentando así el despliegue de tropas en la región.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha pedido moderar las represalias de ambas naciones para evitar que el Medio Oriente caiga en una guerra sin control.