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Empresas exigen a sus empleados usar inteligencia artificial o quedarse sin empleo

El uso de inteligencia artificial se convierte en requisito indispensable en compañías tecnológicas y de otros sectores, que buscan aumentar la productividad y redefinir los perfiles laborales con nuevas habilidades digitales

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SAN FRANCISCO — Luis von Ahn quería enviar un mensaje claro a los 900 empleados de Duolingo: la inteligencia artificial es ahora una prioridad en la aplicación para aprender idiomas. La empresa dejaría de utilizar contratistas para el trabajo que pudiera realizar la IA. Buscaría habilidades en IA a la hora de contratar personal.

La IA formaría parte de las evaluaciones de rendimiento y solo se contrataría a personas cuando no fuera posible automatizar las tareas. Los detalles, esbozados en un memorándum en abril y publicados en la red social profesional LinkedIn, provocaron indignación. Algunos se estremecieron ante las traducciones de IA, que sugerían que el aprendizaje de idiomas necesita un contexto humano. Muchos usuarios amenazaron con abandonar Duolingo.

Otros criticaron a la empresa por elegir la IA en lugar de sus trabajadores. La reacción fue tan fuerte que, tres semanas después, von Ahn publicó una actualización. «Para que quede claro: no creo que la IA vaya a sustituir el trabajo de nuestros empleados (de hecho, seguimos contratando al mismo ritmo que antes)», escribió von Ahn en la actualización de LinkedIn. «La veo como una herramienta para acelerar lo que hacemos, con el mismo o mejor nivel de calidad. Y cuanto antes aprendamos a utilizarla y a hacerlo de forma responsable, mejor nos irá a largo plazo».

Desde Duolingo hasta Meta, pasando por la empresa de comercio electrónico Shopify y la empresa de almacenamiento en la nube Box, cada vez son más las empresas que obligan a sus ejecutivos y equipos a implementar estrategias basadas en la IA en áreas como la evaluación de riesgos, la contratación y las evaluaciones de rendimiento. Algunas de las directrices se detallan en memorandos públicos de los máximos dirigentes, lo que enalgunos casos ha provocado indignación.