El reconocido experto en longevidad David Sinclair sugiere que espaciar las comidas —incluso reducirlas a una sola al día— podría activar mecanismos celulares que prolongan la vida.
¿Qué propone exactamente?
Comer menos seguido: el ayuno activa procesos como la autofagia, donde las células eliminan componentes dañados.
Ayuno intermitente 16/8: 16 horas sin comer y una ventana de 8 horas para alimentarse.
Dieta basada en plantas: rica en antioxidantes, baja en calorías y sin productos animales ni ultraprocesados.
Suplementos clave: resveratrol, NMN, espermidina, quercetina, fisetina, y metformina por la noche.
Estilo de vida activo: evita el sedentarismo, hace 100 flexiones diarias y usa tecnología para monitorear su salud.
Sinclair se basa en el concepto de hormesis, un “estrés positivo” que estimula la resiliencia celular. Al reducir la frecuencia de las comidas, el cuerpo interpreta que está en un entorno exigente y activa genes de longevidad.
Coincidencias con otros expertos
Francisco Tinahones: la idea de cinco comidas al día está obsoleta.
Andrew Huberman: recomienda ejercicio cardiovascular para mantener la juventud.
Dan Buettner: promueve alimentos ricos en fibra y antioxidantes, como los de las “zonas azules”.