Luka Krizanac, un joven suizo de 29 años, ha recuperado la movilidad en sus manos tras someterse a un doble trasplante en Filadelfia, luego de vivir 17 años sin extremidades superiores.
A los 12 años, una infección por faringitis estreptocócica derivó en una sepsis que obligó a amputarle manos y piernas. Aunque las prótesis le permitieron caminar, su mayor sueño era volver a usar las manos.
En 2018, inició un riguroso proceso de evaluación con el equipo de Penn Medicine, especializado en alotrasplante compuesto vascularizado, una cirugía extremadamente compleja que solo se ha realizado unas 150 veces en el mundo. En 2024, tras encontrar un donante compatible, se llevó a cabo una operación de 10 horas con dos equipos quirúrgicos trabajando en paralelo.
Hoy, Luka puede realizar tareas básicas como escribir en su teléfono o levantar una botella de agua. Aunque la recuperación neuromuscular tomará años, los médicos aseguran que su progreso ha superado las expectativas. Él lo resume así: “Recuperar mis manos fue siempre mi mayor sueño”.