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Colombia Sub-20 avanza como líder del grupo F, pero deja dudas antes de los octavos

La Selección Colombia Sub-20 logró clasificarse a los octavos de final del Mundial como primera del grupo F, luego de empatar 1-1 con Nigeria en la tercera fecha.

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Por Jimmy Pizarro – Enfoque Now

El resultado le garantiza el liderato e invicto, pero deja la sensación de que el equipo aún no alcanza su mejor versión. La tricolor mostró momentos de dominio y ambición ofensiva, aunque volvió a tropezar con su principal obstáculo: la falta de definición y la desconcentración en los cierres de partido.

Colombia inició el compromiso con la certeza de que nadie podía quitarle la clasificación, pero con la meta de hacerlo con autoridad, despejando dudas y sumando confianza para la siguiente fase. El plan era claro: ganar, convencer y anotar. Sin embargo, las buenas intenciones no fueron suficientes. En los primeros minutos, Nigeria dejó ver que no sería un rival sencillo: su fortaleza física, velocidad y presión alta complicaron el inicio del conjunto cafetero, que incluso sufrió un susto temprano con un remate al palo.

La presión por el gol era evidente. Joel Canchimbo, solo frente al arco, desperdició una clara oportunidad enviando el balón por encima del travesaño. Luego Óscar Perea marcó, pero el tanto fue anulado por fuera de lugar. Las aproximaciones seguían llegando, los remates aparecían, pero el gol seguía siendo esquivo.

Con el pasar de los minutos, Colombia comenzó a soltarse y a jugar con mayor libertad. Kéner González avisó con un potente disparo que exigió al portero nigeriano, y Neyser Villarreal empezó a tener más protagonismo, aunque sus intentos se encontraron con defensas rivales. Así terminó el primer tiempo: con dominio colombiano, varias llegadas, pero sin la recompensa del gol.

En la segunda mitad, Nigeria salió con otra actitud. Al minuto 49, el portero Jordan García salvó a Colombia con una gran atajada a quemarropa. Esa jugada pareció despertar al equipo, que en la siguiente acción logró abrir el marcador. Villarreal, sin ángulo para rematar, tuvo la lucidez de asistir a González, quien remató y, con un leve desvío en un defensor, puso el 1-0 en el minuto 50.

Pero, una vez más, Colombia cayó en un error repetido: anotó y retrocedió. Bajó la intensidad, cedió el balón y permitió que Nigeria creciera en confianza. Los africanos se fueron con todo, generaron peligro con su potencia y velocidad, e incluso estrellaron dos remates más en los palos. Hasta que, en el minuto 86, una mano de Elkin Rivero en el área derivó en penal. Bameyi lo transformó en el empate definitivo 1-1.

Colombia cerró el partido con frustración: clasificada, sí; líder e invicta, también; pero dejando escapar una victoria que pudo consolidar su autoridad. El equipo dirigido por Héctor Cárdenas tiene un talento individual impresionante, jugadores de gran proyección, pero aún requiere más solidez en defensa, conexión en el mediocampo y contundencia en el ataque.

Ahora, el reto será mayor: enfrentará a Sudáfrica, segunda del grupo E, en un duelo donde ya no hay margen para errores. En esta fase, cada detalle cuenta, y los partidos se definen por la efectividad y la madurez táctica. Colombia tiene todo para seguir avanzando, pero necesita creer más en su juego y sostener la concentración hasta el último minuto.

La clasificación es motivo de alegría, pero también un llamado a la reflexión: los títulos no se ganan solo con talento, sino con equilibrio, carácter y convicción.