A pesar del auge de la acuicultura, científicos advierten que el salmón salvaje está en peligro de extinción. Su declive no solo amenaza la biodiversidad acuática, sino también culturas, ecosistemas y la memoria genética de una especie legendaria.
En el Atlántico Norte, solo 2 millones de salmones regresan a desovar, frente a los 600 millones criados en cautiverio. La sobrepesca, el cambio climático, la pérdida de hábitat y las represas bloquean sus rutas migratorias
La UICN ya lo considera “especie en peligro” en Reino Unido
¿Por qué los criaderos no salvan al salmón?
Estudios en Finlandia muestran que los salmones criados en estanques desarrollan asimetrías físicas y menor capacidad de adaptación
Aletas débiles, mandíbulas subdesarrolladas y menor resistencia a ríos turbulentos
La introducción de salmones de criadero debilita el acervo genético y aumenta la vulnerabilidad a enfermedades
¿Cuál es la solución?
Restaurar ríos, eliminar barreras migratorias y proteger zonas de desove
Liberar alevines apenas eclosionan para evitar deformaciones
Priorizar la salud ecológica sobre la producción industrial