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Salud

El impacto oculto del plástico en nuestra salud: microplásticos y nanoplásticos, amenazas serias

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Aunque para los ritmos del conocimiento científico el impacto del plástico en la salud es todavía un campo donde casi todo está por descubrir, estas son algunas de las evidencias clave.

La marea de pellets de plástico en la costa cantábrica españolaa consecuencia del vertido del buque Toconao ha suscitado infinidad de reacciones sobre su impacto en la salud humana desde la política y el sector económico, pero ¿qué nos dicen quienes realmente han hecho estudios científicos y comprobaciones?

La ciencia demostró hace décadas que elplástico que acaba en el medio ambiente, como las 26,2 toneladas de bolitas del Toconao o el que contiene o envuelve nuestros alimentos o bebidas, acaba penetrando en el cuerpo humano y, con él, los tóxicos que pueda contener.

Un informe de la Universidad de A Coruña , en el norte de España , ha identificado hasta 14 elementos tóxicos en muestras de pellets recogidas en una playa de Muxía.

Los científicos han dividido las partículas de plástico halladas en casi todos los órganos, tejidos y membranas del cuerpo humano en dos tipos: microplásticos (de menos de 5 milímetros) y nanoplásticos (con diámetros inferiores a 0,001 milímetros).

Aunque para los ritmos del conocimiento científico el impacto del plástico en la salud es todavía un campo donde casi todo está por descubrir, estas son algunas de las evidencias clave:

En placentas y leche materna

Muchos bebés ingieren microplásticos desde que están formándose en el vientre de la madre, y/o los beben en la leche materna, según demostraron dos investigaciones sucesivas de un grupo de científicos italianos especializados en la materia de los hospitales de Fatebenefratelli (Roma) y Bolognini (Bérgamo), y de las universidades de Ancona y Pavía.

El primero, publicado en 2020, encontró microplásticos en las placentas de seis mujeres sanas de edades comprendidas entre los 18 y los 40 años y con gestaciones normales mediante un estudio de la composición química y la estructura molecular de la sangre.

El segundo, de 2022, halló microplásticos en el 75 % de muestras de leche materna analizadas en 34 madres primerizas sanas.

Fluyen por el torrente sanguíneo

También en 2022, un proyecto de investigación holandés (Immunoplast) se convirtió en el primero en demostrar que el torrente sanguíneo, una especie de ‘río de la vida’ del cuerpo humano, contiene partículas micro y nanoplásticas.

Las muestras de sangre de 18 de 22 donantes anónimos participantes en el estudio contenían plástico, lo que, a juicio de las investigadoras que desarrollaron un método analítico específico para descubrirlo, Heather Leslie y Marja Lamoree, indica que estamos ante una «amenaza para la salud pública».

En las profundidades del pulmón

Otro grupo de investigadores de la Universidad británica de Hull, en York, constató la presencia de partículas microplásticas en secciones muy profundas del pulmón en pacientes vivos que se sometían a procedimientos quirúrgicos.

De 13 pacientes estudiados, 11 portaban microplásticos en los pulmones de hasta 39 tipos distintos, siendo los más comunes piezas de PET utilizadas para fabricar botellas de bebidas; polipropileno, usado para envases de plástico y tuberías; y resina, a menudo utilizada como adhesivo o sellador.

Engañan al cerebro

Su presencia en el torrente sanguíneo fue la pista clave que condujo a los científicos a revelar su capacidad para ‘burlar’ el control de seguridad del cerebro, la barrera hematoencefálica, y provocar en él un estado de inflamación continuo similar al que crean enfermedades degenerativas, como la enfermedad de Parkinson o de Alzheimer.

Los investigadores tuvieron que recurrir a experimentos en modelos de laboratorio, tubos de ensayo, neuronas cultivadas y modelos de ratón con párkinson, para comprobar las alteraciones que provocan los nanoplásticos en el cerebro, donde llegan apenas dos horas tras ser ingeridos, y observar la similitud con las enfermedades neurodegenerativas.

Problemas cognitivos

Por su parte, el equipo del Instituto de Investigación Sanitaria (IBS) de Granada, en el sur de España, que estudia desde hace casi 30 años el impacto del Bisfenol A, ha asociado niveles altos de este contaminante, presente en muchos de los utensilios plásticos de uso diario, en niños de 9 a 11 años con problemas de pensamiento y comportamiento evidenciados en la adolescencia.

El IBS rastrea también el impacto del Bisfenol A en el sistema inmunitario, el metabolismo o el aumento del riesgo de cáncer o las alteraciones de conducta.

Alteran el equilibrio intestinal

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España también corroboraron en 2022 que la digestión de microplásticos disminuye la cantidad de bacterias beneficiosas presentes en el colon.

«Dada la posible exposición crónica a estas partículas a través de nuestra dieta , los resultados obtenidos plantean que su ingesta continuada podría alterar el equilibrio intestinal y, por tanto, la salud», subrayaron los investigadores.

Cáncer

La ciencia también ha comprobado que hay partículas de plástico en otros órganos como el hígado, el bazo o los riñones, y sigue muy de cerca su influencia en problemas de fertilidad y dolencias como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, o el cáncer.

Precisamente hace unos meses, un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (España) hizo una revisión de la bibliografía científica sobre el potencial de los microplásticos y nanoplásticos para inducir el cáncer a largo plazo.

«La mayoría de los 28 trabajos analizados apuntaban a que estos contaminantes son capaces de inducir efectos relacionados con el desarrollo de cáncer en humanos», concluyeron los investigadores.

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Mundo

Cuando el estrés y la ansiedad se “disfrazan” de enfermedades físicas comunes: cómo identificarlas

Sensaciones corporales inesperadas pueden alterar la vida cotidiana y dificultar el diagnóstico, mientras médicos y especialistas buscan respuestas ante los síntomas más diversos

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La ansiedad puede provocar síntomas físicos como escalofríos, dolor muscular y malestar estomacal similares a la gripe. Una sensación de malestar físico parecida a la de un resfriado o una gripe puede tener un origen inesperado: la ansiedad. De acuerdo con expertos citados por Prevention, este trastorno de salud mental, suele manifestarse a través de síntomas físicos fácilmente confundibles con enfermedades comunes, lo que dificulta tanto su detección como el tratamiento adecuado.

La ansiedad, el problema de salud mental más frecuente en Estados Unidos, trasciende la simple preocupación o el nerviosismo. El psiquiatra David Merrill, del Pacific Neuroscience Institute, explicó a Prevention: “Además de los síntomas emocionales, muchas personas experimentan irritabilidad, fatiga, inquietud y una sensación general de desequilibrio

No obstante, los síntomas físicos pueden resultar aún más desconcertantes, al imitar afecciones como resfriados, alergias o una resaca. Merrill advirtió que estos síntomas mentales y físicos suelen formar un ciclo, en el que la ansiedad desencadena malestares corporales y estos, a su vez, intensifican la ansiedad.

Síntomas físicos de la ansiedad

Entre las manifestaciones físicas más frecuentes, los especialistas destacan la aceleración de la frecuencia cardíaca. El psicólogo clínico Joseph Laino, profesor asistente en la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, precisó que la ansiedad activa el sistema de alarma del cuerpo.

La amígdala cerebral detecta amenazas y provoca la liberación de sustancias como cortisol y adrenalina, lo que prepara al organismo para reaccionar. Este proceso eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial, e incluso puede causar palpitaciones. Laino subrayó que, aunque esta reacción resulta imprescindible para la supervivencia, puede resultar dañina si se prolonga excesivamente.

Otra manifestación habitual es la alteración de la temperatura corporal. Merrill indicó que el hipotálamo, responsable de regular el calor corporal, responde a la ansiedad con escalofríos, sudoración excesiva o ambos síntomas a la vez. Además, la activación muscular durante estos episodios puede producir dolores musculares inusuales.

La dificultad respiratoria representa otro síntoma relevante. Merrill explicó que el incremento del ritmo cardíaco deja menos oxígeno disponible, lo que obliga a los pulmones a esforzarse más.

En situaciones de ansiedad extrema, como un ataque de pánico, resulta frecuente experimentar taquicardia y sensación de falta de aire. El especialista recomendó practicar respiración profunda para aliviar ambos síntomas, aunque insistió en buscar atención médica inmediata si el dolor en el pecho se mantiene o se agrava.

Los problemas digestivos también son recurrentes. Merrill indicó que el sistema nervioso central, especialmente el intestino, ejerce una función clave en la respuesta al estrés. La serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”, se localiza principalmente en el intestino, y su alteración por estrés emocional produce náuseas, indigestión y malestar estomacal.

El tránsito intestinal puede variar, alternando entre estreñimiento y diarrea. Merrill explicó que, durante la respuesta de lucha o huida, el cuerpo prioriza el flujo sanguíneo hacia los músculos y órganos sensoriales, lo que disminuye la actividad digestiva. Esto se traduce en hinchazón, gases, dolor abdominal y calambres.

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Ciencia

Cifra récord de agotamiento laboral en Estados Unidos: el 72% de los empleados dice sentirse exhausto

De acuerdo con el estudio, la fatiga mental y física alcanza su punto más alto en seis años, con especial impacto entre los jóvenes de la Generación Z

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El informe anual realizado por Aflac Incorporated reveló que el 72% de los trabajadores estadounidenses experimenta niveles de agotamiento moderado a alto, cifra que representa el valor más elevado registrado desde 2019. El estudio, denominado Aflac WorkForces Report, fue publicado tras una encuesta realizada entre abril y mayo de 2025 a 2.000 empleados a lo largo de Estados Unidos y destaca el incremento del estrés y la preocupación entre los asalariados.

Según datos proporcionados, el fenómeno afecta de manera transversal a varios sectores de la fuerza laboral, pero son los trabajadores de Generación Z quienes presentan la mayor incidencia, con un 74% reportando síntomas relacionados. El informe matiza que la sobrecarga laboral y la inseguridad financiera son los principales factores detonantes. Newsweek enfatiza que el carácter multifacético de la problemática y la preocupación institucional por el bienestar de los empleados.

El contexto económico y social durante el periodo analizado contribuyó a estos máximos históricos. Las persistentes señales de una desaceleración en el mercado laboral y el encarecimiento del costo de vida han incidido en los resultados. De acuerdo con datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, se mantiene una tendencia de moderación en la creación de empleos, motivo por el cual muchas personas optan por permanecer en sus puestos debido a la incertidumbre y la falta de mejores alternativas en el mercado. El estudio se consolida como un indicador representativo de la creciente presión sobre la salud mental y financiera de los asalariados, según reflejan cifras oficiales y análisis sectoriales.

¿Qué es el burnout laboral y cuáles son sus síntomas?

De acuerdo con el estudio, el burnout laboral es un estado de agotamiento emocional, desmotivación y reducción del desempeño originado por la exposición constante a exigencias profesionales y presión en el entorno laboral. El informe describe tres niveles: bajo, moderado y alto. El 72% de los participantes se ubica en los dos niveles superiores.

Entre los síntomas más destacados figuran la fatiga constante, la sensación de desapego, el descenso en la productividad y la dificultad para concentrarse. El documento destaca además que la sobrecarga de tareas y la preocupación financiera agravan este cuadro.

¿Cuáles son las principales causas del burnout en Estados Unidos según el informe?

El informe identifica como principal causante del burnout la carga excesiva de trabajo, mencionada por el 35% de los encuestados. A esto se suma la incertidumbre económica: 44% declara no tener fondos suficientes para afrontar un gasto imprevisto de 1.000 dólares en caso de emergencia sanitaria. El fenómeno llamado “medanxiety” —miedo persistente a los gastos médicos inesperados— afecta al 52% de los trabajadores consultados.

El reporte reconoce la presión adicional provocada por la necesidad de conservar el empleo ante la falta de mejores opciones, fenómeno que ha sido definido como “job hugging”. Estos factores, junto con expectativas no satisfechas respecto al apoyo institucional, alimentan el ciclo de agotamiento.

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